Dominio público

'Et voilà!': aquí un Gobierno de Vox

Ana Pardo de Vera

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (i), y el Presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (d), durante el acto de celebración del 40 Aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León en las Cortes de la región. EUROPA PRESS/Photogenic/Claudia Alba
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (i), y el Presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (d), durante el acto de celebración del 40 Aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León en las Cortes de la región. EUROPA PRESS/Photogenic/Claudia Alba

El asunto da para una película de Berlanga si no fuera una tragedia con mayúsculas, cuatro muertos incluidos. A nadie se le olvidan las infernales imágenes de los incendios en la Sierra de la Culebra, al noroeste de Zamora, que en junio de 2022, tardaron cerca de dos meses en ser controlados en su totalidad. Para entonces, el daño estaba -está- hecho, con las citadas cuatro víctimas mortales y más de una decena de heridos; con pérdidas económicas y ecológicas irreparables; con la desolación más absoluta entre la población de la zona: 52 localidades afectadas de varias comarcas, más de 60.000 hectáreas afectadas. Casi la mita del espacio natural de la Sierra de la Culebra, reserva de la Biosfera Meseta Ibérica, fue pasto de las llamas.

Menos mal que teníamos a Vox cogobernando una Junta de Castilla y León, liderada por el PP, a cuyos máximos responsables no les quedó más remedio que admitir que no disponían de medios para luchar contra el fuego porque, bueno, a pesar de la ola de calor de la primavera-verano de 2022, ellos no dieron la alerta y los dispositivos contra incendios estaban al 25% de lo previsto en caso de riesgo muy alto, como las asfixiantes temperaturas y sequía de la época. ¿Para qué están los gobiernos, si no es para dormitar en verano?

Menos mal, insisto, que llegó Juan García-Gallardo y mandó callar, primero, embutiéndose en unos pantalones blancos y una pizpireta blazer para visitar la zona de los incendios; segundo, diciendo por Twitter a los y las jóvenes que tuvieran miedo y "ecoansiedad" que se fueran a ayudar con las tareas de la Sierra de la Culebra para que se les fuera "la tontería", y tercero, organizando un concierto solidario en la zona con intérpretes famosos que diesen vidilla a los afectados. ¿Con políticos así qué más necesitamos?

Este miércoles, tras un goteo de cancelaciones, quejas y sinsentidos, el concierto de solidaridad "moral" (sic) de Villardeciervos con los y las afectadas por los incendios del verano pasado en la Sierra de la Culebra; el concierto estrella del ultraderechista vicepresidente de la Junta castellano y leonesa ha sido cancelado: que si no se cobra entrada, pero tampoco hay dinero para los afectados; que si las condiciones pactadas no se cumplen, según los artistas (Marlon, Naïa, Markfeel o Fangoria, entre otros), que si chapuza aquí y chapuza allá ...


Mientras tanto, casi un año después del desastre, los habitantes de esta zona arrasada denuncian que no han recibido las ayudas comprometidas por la Junta; que el Gobierno de Mañueco y Gallardo se meta sus conciertos de solidaridad "moral" por donde les quepan si no mitigan su desesperación; que el verano viene mal y aquí todo sigue peor, etc., etc., etc.

Estamos a las puertas de unas elecciones autonómicas -que no corresponden a Castilla y León- y municipales -que sí-. Bien está que cada uno y cada una enseñe sus cartas: una gestión pura y dura en un tiempo ídem de emergencia climática o un acompañamiento "moral" contra el sufrimiento que genera, como mínimo, tu misma gestión. Apoyos así, por mi parte y en solidaridad también con los habitantes de la Sierra de la Culebra, pueden metérselo donde les quepan, pues no quiero imaginar una sanidad pública con ese apoyo "moral" y punto o una gestión antiincendios de pura palabrería melosa y grosera a la vez. Tenemos en estado puro la campaña de Vox en Castilla y León, sin olvidar las gloriosas gestas antifeministas, como la del latido fetal. No se me ocurre un programa electoral más transparente.

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