Dominio público

Y mientras ETA sigue matando...

Ana Pardo de Vera

Quienes peinamos canas ya hemos asistido a esto antes: primer pleno del Parlamento vasco tras las elecciones municipales en Euskadi y la portavoz del PP+Cs, Muriel Larrea, da un sí rotundo a una propuesta de EH Bildu. Lo de menos es la propuesta, acertada, sobre el autoconsumo energético; lo de más es el apoyo de la diputada vasca en forma de agradecimiento explícito al responsable abertzale de la medida, Mikel Otero. Desconocemos, de momento, si Larrea ha pasado a ser una filoterrorista en su partido, como Pedro Sánchez cuando las políticas planteadas por su Gobierno son respaldadas por EH Bildu en el Congreso, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que en Euskadi, la democracia lleva un curso más rápido que en la calle Génova de Madrid, donde lo que va muy rápido es el desmoronamiento de sus mentiras tras el 28-M.

Más cosas.

En la Comunidad de Madrid, primera semana postelecciones y primera mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso; los comedores de los colegios de educación pública ya han subido sus precios, unos 110 euros al mes por familia. ¿En los colegios públicos? En los colegios públicos, sí, los de la educación gratuita, universal, etc. Dice el equipo de Ayuso que con el contrato que hizo la Comunidad de Madrid a las empresas, y teniendo en cuenta la inflación, a éstas no les llega el dinero para dar una comida decente a los/as niños. ¿Y por qué no recuperan o suben los impuestos a las rentas más altas para costear la totalidad de las comidas, como indican los libros de Primero de Servicios Públicos? Porque los y las madrileñas quieren "libertad" y la educación pública y gratuita no nos hace libres, como la sanidad ídem, según los postulados neoliberales de Ayuso y el PP.

El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, también está regando de "libertad" las escuelas infantiles públicas y ha dejado sin plaza a 10.000 niños y niñas de Madrid, a los que se les ofrece buscar plaza en la privada con un cheque-guardería de la Comunidad, que, por supuesto, no cubre la totalidad del precio de estas escuelas, mucho menos, ahora con la subida de precios generalizada. Martínez-Almeida, en su primera entrevista para la Ser, aseguró que trabajarán para aumentar las plazas (nunca los impuestos anti-libertad), cosa que ya hicieron, dice, aunque no se explica cómo, pues el curso pasado ya faltaron 8.000 plazas y este alcanzamos las 10.000 de déficit.


La "libertad" es exactamente esto: si no puedes pagar la escuela infantil de tus hijos/as, los dejas en casa con quien puedas o contigo misma/o, porque al fin y al cabo, la educación obligatoria no lo es hasta los 3 años y, por supuesto, ni tu trabajo ni tu vida entran en los parámetros de la "libertad" madrileña. Porque la "libertad" absoluta de los votantes de Ayuso y Almeida, recién inaugurada en Madrid, o se compra o no se ejerce.

La verdad, no sé por qué me siguen enfadando tanto estas cosas; al margen de que es mi trabajo denunciar manipulaciones, abusos, mentiras o medias verdades de nuestros responsables públicos y otros poderosos, personalmente debería darme lo mismo. Yo soy una privilegiada: no tengo problemas de vivienda ni de colegios ni de conciliación ni de violencia machista ni de listas de espera en caso de enfermedad si puedo pagarme un seguro privado ... Nací en un entorno privilegiado y sigo siéndolo, creo que cada día más, porque hoy no faltan a mi alrededor próximo ni el trabajo ni la salud para ejercerlo, de momento y entre otras cosas.

Sin embargo, no concibo una vida sana en mi casa, en mi entorno, en el amplio sentido del término, sin que a mi alrededor, en mi localidad, comunidad, país, ... no la haya también; sin que todas las personas no puedan tener mis mismas oportunidades, mis mismos derechos para estar donde estoy yo o donde les dé la gana; sin que tengan que empezar a vivir diez, veinte, treinta ... escalones por detrás -algunos muy empinados- porque han nacido en un entorno precario, vulnerable, o la vida, simplemente, se les ha ido complicando; sin un Estado fuerte que las ampare en sus necesidades básicas (vivienda, sanidad, educación, salario digno, dependencia, pensiones y seguridad social, alimentación ...).


Pago mis impuestos con absoluta normalidad (este mes particularmente), muy consciente de lo que significan, pero preguntándome de qué sirve que yo los pague si otros/as no lo hacen; si ni siquiera dan para sostener unos mínimos, los de las familias que no pueden costearse la subida del comedor escolar en la Comunidad de Madrid o una plaza en una escuela infantil de la capital para sus bebés. ¿Cómo es posible que hayan convencido a la mayoría de que con unas tasas de desigualdad frenéticas se vive mejor y, lo que es peor, "libre", aunque seas de los perjudicados/as? ¿Cómo es posible que sigamos creyendo que con los servicios públicos asfixiados -como el clima y el paisaje- y menos impuestos bien distribuidos vivimos mejor? Pues así estamos; y ETA, matando.

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