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El 'hasta luego' de Alberto Garzón: ahora sí, fin de ciclo

Sato Díaz

Jefe de Política. en Público

El 'hasta luego' de Alberto Garzón: ahora sí, fin de ciclo
La vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz (i), y el ministro de Consumo, Alberto Garzón (d), durante el pleno celebrado en el Congreso de los Diputados, este jueves en Madrid. EFE/ J.J. Guillén

El pasado domingo, una fina lluvia azul caló en el Estado español y el agua drenó hasta el subsuelo. No fue una tormenta, ni cayeron lluvias torrenciales, pero subió el nivel freático y se llenaron los pozos. El PP no arrasó con todo, no hubo un huracán de votos a los de Alberto Núñez Feijóo y el PSOE salvó el coche de Pedro Sánchez, el Peugeot 407, no se lo llevó ninguna riada. Todo es más complejo de lo que muestran los mapas que pintan de azul o rojo los territorios... 

¡Pero es que el vuelco institucional es tan profundo! El poder político que va a aglutinar la derecha en ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas es de tal magnitud que ya se puede empezar a hablar de cambio de ciclo político. Solo un drástico giro de la tendencia que mantenga a la izquierda en el Gobierno del Estado el próximo 23 de julio evitaría lo que hoy parece evidente: un repliegue conservador que guiará la política durante los próximos años. 

Las izquierdas que han sustentado el Gobierno estos últimos tres años y medio tienen siete semanas para darle la vuelta a las predicciones meteorológicas y que vuelva a salir el sol. El panorama, si no, será desolador. Una alianza del PP con los ultras de Vox en el Gobierno, en consonancia con el giro totalitario que se vive en buena parte de Europa y del mundo; una cúpula judicial escorada a la derecha; unos cuerpos policiales donde cada vez tiene más presencia la ultraderecha...

El mal resultado del independentismo catalán en las municipales (ERC ha perdido 300.000 que no han ido a parar a JxCat) muestra un cambio de postura en los de Oriol Junqueras, que se aproximan hacia una reconstrucción del bloque independentista y se aleja de su apuesta por fortalecer las alianzas progresistas. El subidón de EH Bildu y BNG ha sido de las pocas buenas noticias para las izquierdas... 

Si las predicciones aciertan y Feijóo es presidente, regresará con fuerza el debate incendiario nacional, los medios Madrid le entregarán sus parrillas informativas, llueve sobre mojado: la derecha usa la riqueza territorial española para llenar sus caladeros de votos. El nacionalismo español, en Moncloa, envuelto en la rojigualda en un contexto como este puede echar fácilmente raíces institucionales, el agua del subsuelo es abundante. El involucionismo democrático con Vox en el Gobierno está a la vuelta de la esquina, un charco difícil de cruzar. Todo depende de la capacidad de remontada de la izquierda en todo el Estado. La partida pinta complicada.

Nuevo ciclo político para las izquierdas

Las elecciones generales del 23J son, por tanto, cruciales para divisar el horizonte más allá de la próxima legislatura. Las izquierdas estatales las afrontan con una gran incerteza, una niebla espesa impide cerciorarse de lo que viene. Solo una cosa es clara: el cambio de ciclo en las izquierdas es ya una realidad. 

El 28M fue la última partida de lo viejo, el 23J es la primera de lo nuevo. El ciclo que inició Podemos allá por 2014 da paso a otra cosa, lo que no significa que sea sin Podemos (o lo que queda hoy de la formación morada, que ha visto cómo sus apoyos se han ido reduciendo). De momento, lo nuevo rima con Sumar y con Yolanda Díaz. Y a falta de conocer las concreciones coyunturales que tienen que ver con el diseño de la candidatura a las generales, podemos dar por hecho que su resultado en el 23J supondrá el punto de partida del nuevo capítulo.

Sumar tiene el reto de ser más que una sopa de siglas, más que la suma de los diferentes proyectos de izquierdas que se fueron desgajando del Podemos inicial y sus confluencias. Los malos resultados (salvo excepciones como el Más Madrid de Mónica García) de las izquierdas en las municipales y autonómicas del pasado domingo les obliga a buscar otros mensajes, de beber de fuentes distintas, otras formas de apelar a la ciudadanía, otros focos sobre los que pivotar la campaña... En definitiva ser otra cosa, renovar lo existente.

Con este contexto, llega el anuncio de este viernes del ministro de Consumo en funciones y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, que no volverá a presentarse a las generales y apuesta por un cambio de liderazgos que dé paso a nuevos perfiles políticos para un nuevo proyecto, una nueva etapa. Sumar no puede ser el reencuentro de los mismos dirigentes que han pilotado a las izquierdas durante los últimos años. La decisión de Garzón, de forma indirecta, mete presión a la dirección de Podemos que todavía no ha hecho autocrítica de la debacle del domingo.

Quien también ha anunciado que no se presentará a las generales es la alcaldesa de Barcelona en funciones, Ada Colau, tras la derrota del domingo. Con el pretexto de construir un gobierno progresista para la ciudad, no se embarcará en unas listas a Madrid este mes de julio. Garzón, Colau, el propio Pablo Iglesias, que abandonaba la política institucional hace dos años tras unas elecciones autonómicas madrileñas... Una nueva época, un nuevo proyecto necesita también de nuevas personas capaces de reconectar con la sociedad. 

Y, sin embargo, la barca se tambalea con el oleaje que genera la precipitación de los acontecimientos y entra la duda de si las formaciones han hecho los deberes y han generado liderazgos alternativos. ¿Quién en IU tiene un perfil tan reconocido como Garzón? Si Colau, como ha anunciado, no da el paso en las generales y Jaume Asens se hace el remolón, ¿hay alguien que pueda tener tirón para obtener un buen resultados de los comunes dentro de unas semanas? Tras dos años y después de unas autonómicas, municipales y generales será el momento de evaluar si Ione Belarra ha liderado Podemos con acierto y ha cubierto el enorme hueco dejado por Iglesias. En Compromís, ¿quién puede tomar el relevo de dos perfiles de la talla de Mónica Oltra y Joan Baldoví? ¿Hay sequía en la recámara de las izquierdas ante la inminencia de las generales o queda agua en los embalses?

Garzón, símbolo de este periodo

Dejará Garzón, por tanto, la política institucional cuando termine sus funciones al frente del Ministerio. Marcha una de las figuras que mejor representa el ciclo de la izquierda surgido tras el 15M y que vemos cómo llega a su fin. El todavía líder de IU fue el principal artífice de que su formación se sumara a la ola de cambio político que surgía con la irrupción de Podemos en la política española frente a las resistencias de buena parte de su propia organización. Esto se materializaría en la famosa fotografía junto a Iglesias del ‘pacto de los botellines’, allá por 2016. 

Alguna prensa y sus detractores le han acusado hasta la saciedad de "diluir" IU en Podemos o "hacerla desaparecer" y, sin embargo, lejos de ello, hoy IU está en una posición privilegiada para formar parte de lo nuevo, Sumar (o como acabe llamándose el proyecto). "Sumar", "confluir", "converger"... Lluvia de ideas y de palabras que han acompañado siempre el discurso político de Garzón, lo que hace coherente su compromiso con el actual proyecto de Díaz. 

Pese a las reticencias a llevar hasta el límite la negociación entre Iglesias y Sánchez para que Unidas Podemos formara parte del Gobierno, lo que supuso una repetición electoral, acabó entrando como ministro de Consumo en 2020 gracias al empeño del exlíder de Podemos. Devolvía así , junto a la propia Díaz, al Consejo de Ministros, la presencia del PCE, algo que no ocurría desde la II República.

Garzón es uno de los principales símbolos de la evolución de la izquierda española durante la última década. Una izquierda que ha asumido nuevos retos (medioambientales, de clase, culturales...) a los que se ha ido modulando como el barro al agua. Sus reflexiones teóricas y culturales siempre han aportado en este sentido de renovación.

"Como decía Julio Anguita, la política está en todos los rincones de la vida cotidiana, seguiré ayudando a construir una España más justa desde otros sitios", se despide Garzón. No es un 'adiós', es un 'hasta luego'. Pronto comenzará un nuevo ciclo también para IU. Llueve a cántaros en la política española.

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