Dominio público

Estaremos a vuestro lado

Yolanda Díaz

Vicepresidenta en funciones del Gobierno y ministra de Trabajo

Las jugadoras de la selección española de fútbol posan antes del partido ante el equipo de Países Bajos, en Wellington correspondiente a los cuartos de final del mundial femenino en Australia y Nueva Zelanda. EFE / RFEF Pablo Garcia.
Las jugadoras de la selección española de fútbol posan tras los cuartos de final del mundial femenino en Australia y Nueva Zelanda. EFE / RFEF Pablo Garcia.

Hace unos días me propusieron escribir un texto sobre la selección española de fútbol femenino. Ilusionada por la oportunidad de acompañar a nuestro equipo dije que sí de inmediato.

Escribo con los nervios previos a la final, quién sabe si cuando leas este texto ya son campeonas. Escribo sabiendo que lo conseguido hasta ahora ya es una victoria tremenda y con la inquietud por no cometer el error de hacerme pasar por experta. Mi atención al campeonato del mundo se ha ido construyendo en unas semanas de negociaciones, pactos, reuniones, llamadas, mientras veía crecer la alegría y los nervios en las personas que me rodeaban y me iba contagiando yo de ese 'viento de victoria'.

Supongo que lo primero, lo más lógico, es darles las gracias a todas ellas, al enorme trabajo que han hecho y recordar que detrás de los resultados que vemos hoy, como pasa tantas y tantas veces en los trabajos y muy especialmente en los que realizamos las mujeres, hay cientos, miles de horas y días, de trabajo invisible. Parece que hay éxitos que vienen de la nada, pero nunca es así.

Lo segundo que me viene a la cabeza es la importancia que tiene desde el punto de vista simbólico que haya mujeres referentes de un deporte tan importante como el fútbol. No sólo referentes para las mujeres, aunque sin duda es importante que una niña hoy conozca el nombre de Alexia Putellas u Olga Carmona y sienta que ese deporte puede ser también suyo, para llegar a lo más alto o simplemente para jugar. Pero también es muy importante para los hombres, porque igual que hoy hay millones de mujeres apasionadas del futbol masculino, esta victoria del fútbol femenino también permite que millones de hombres sigan y admiren a un grupo de mujeres jóvenes que practican su deporte favorito.


Lo tercero es una cierta prevención. Me hace ilusión que me pidan escribir sobre la selección, pero me inquieta que los políticos hablemos demasiado de ello y convirtamos en algo nuestro una cosa que no nos pertenece más que como ciudadanas y ciudadanos. A veces la política, con sus formas tan cerradas, separa dónde esta selección con su juego une, teje, encuentra. Así que voy a ser breve y sólo recordar dos cosas más.

La primera, es que las cosas no suceden en un momento concreto por casualidad. Es evidente que en la enorme ola feminista que desde hace años recorre nuestro país y el mundo están las semillas del interés de la ciudadanía (y de los clubes) por el fútbol femenino. Se nota en la cobertura informativa y en la cantidad de periodistas que quieren acompañar estos eventos, se nota en la afición que, cada vez más, sigue a los equipos, se nota en la experiencia profesional de las jugadoras, se nota en que hoy nos parezca natural y deseable lo que hace años no se nos pasaba por la cabeza.

Por último, creo que hay una responsabilidad en la política para con estos acontecimientos, que nos obliga a preguntarnos, ¿cómo podemos ayudar a que se extiendan y se amplíen? Esa es la función de la política buena, de la política útil. La política que escucha, recoge y busca las formas de ampliar lo que es posible. Necesitamos apoyar más y mejor el deporte femenino, en el fútbol y otro montón de disciplinas, necesitamos acompañar el deporte de base porque es ahí dónde se forman las futuras Paralluelo y Hermoso. Necesitamos garantizar las mejores condiciones laborales para garantizar que una vida dedicada al deporte de competición sea una vida digna, necesitamos garantizar también una buena salud mental y la posibilidad de parar cuando sea necesario de nuestros deportistas, hombres y mujeres. Garantizar el descanso es tan importante como animar en la victoria.


No me extiendo más. Gracias por hacernos vibrar, gracias por ese espíritu de equipo, por esa alegría contagiosa, por esa fuerza imparable... Gracias por recordarnos lo lejos que podemos llegar. Levantéis la copa o no, ya lo habéis ganado todo.

Toda la suerte y todo el acierto para la final.

Estaremos a vuestro lado.


Más Noticias