Dominio público

No hay nada peor que un cínico

Mar Espinar

Concejala del Grupo Municipal Socialista de Madrid y Portavoz del Grupo

El alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Alemida, en un pleno del Ayuntamiento. FOTO: Sandra Armada García
El alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Alemida, en un pleno del Ayuntamiento. FOTO: Sandra Armada García

No hay nada peor que un cínico. Este tipo de persona lo enturbia todo con el único fin de que nadie pueda distinguir entre falsedad, calumnia y hechos contrastados. La RAE nos lo define como "una persona que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas". ¿Les suena de algo?

Ser de derechas o ser de izquierdas significa (o debería significar) sentir afinidad con una ideología sistematizada, compleja, articulada; no comulgar con unos dogmas excluyentes fáciles de creer, pero difíciles de demostrar. La política no es religión. Los conservadores y los progresistas proponen (o deberían proponer) modelos distintos de sociedad. Sus enfrentamientos dialécticos habrían de ser constructivos si de verdad apostasen por la convivencia. En el ámbito político, los éxitos y los fracasos de uno u otro planteamiento tendrían que primar frente a los prejuicios infantiles.

¿Qué está ocurriendo en la ciudad de Madrid? Pues una auténtica tragedia democrática, porque el PP no para de jugar a la ruleta rusa con la gestión pública. El último y escandaloso episodio protagonizado a la limón por dos comisionistas despreciables y un alcalde debería poner de relieve que esta derecha heredera de Aguirre entiende la política como un negocio vip en la que ellos, la gente bien, no saca provecho, sino que saca tajada, pues el provecho representa un beneficio legítimo mientras que la tajada representa el corte, el desmembramiento, la sangría, seis millones de euros.

Martínez Almeida con cada una de sus mentiras no se encamina hacia el abismo, demuestra que él es el abismo. Este PP no demuestra arrepentimiento por sus atrocidades, más bien todo lo contrario, se pavonea de ellas humillando a los ciudadanos con unas estrategias de defensa tan inmorales como rastreras. Si yo fuera de derechas me sentiría molesta, estafada, ninguneada, cuando quienes me representan demuestran carecer de ética, de empatía, de compromiso con el bienestar colectivo. Uno no puede ser de derechas porque el rojerío somos muy malo, malo, malo. Uno no puede ser de derechas como patente de corso para expoliar lo público. Si ese es el nivel apaga y vámonos. Digo exactamente lo mismo para la izquierda, ¿queda claro?

El alcalde de Madrid huye hacia delante de la mano de su vicealcaldesa. Van a intentar que algo tan escandaloso como lo ocurrido pase sin más. ¿Y por qué? Porque, en definitiva, a Martínez Almeida y a Villacís les dan igual los madrileños.

Me apena que uno tras otro los dirigentes del PP madrileño acaben tan mal, me apena que sean incapaces de dejar de engañar. ¿Cuántos de ellos han sido ya condenados judicialmente? Tienen la oportunidad de demostrar que una ideología que apuesta por el individuo como motor de todo es la mejor opción para el bienestar colectivo, y lo único que hacen es dejar claro que el individuo sin contactos es un payaso, que el individuo que no roba es un cretino, que el individuo que no es como ellos no vale nada. Eso es lo único que hacen, eso y darle un pie de foto a la RAE cuando define la palabra cínico. Cualquier instantánea de nuestro alcalde valdría.

 

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