El run run

Sobre los bomberos voluntarios

No hay más que asomarse a la realidad estival en este país para ver incendios. Siempre es la misma historia. El verano pasado murieron 11 personas apagando el fuego. Algunos heridos eran bomberos voluntarios, personas que han adquirido unos conocimientos técnicos y una experiencia muy beneficiosa para la sociedad y las empresas en las que trabajan. A su labor social como colaboradores del 70% de los parques de bomberos profesionales ante fuegos y catástrofes, añaden un valor a la seguridad de las empresas en las que trabajan y les ahorran costes. Muchos se implican, además, en la formación y concienciación de la sociedad sobre la prevención de incendios y siniestros, con charlas y actos en los colegios. Sin embargo, en caso de accidente, los bomberos voluntarios carecen de protección jurídica y de garantías sobre la conservación de su puesto de trabajo. Por eso, y porque se han asomado a la realidad, los diputados de ERC Joan Ridao y Joan Tardà van a pedir al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que califique de accidente laboral los percances que sufran prestando servicios a la comunidad y que bonifique en la cuota a la Seguridad Social a las empresas que tengan contratados bomberos voluntarios. Lo merecen.

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