A mi bola

Esclavos de sus frases

Mourinho rechazó ser Papa cuando supo que era un cargo de ayudante". Esta sentencia de Harry Pearson, columnista de The Guardian, está recogida en el libro Frases de fútbol, que ayer vio la luz en presencia de Del Bosque, su ilustre prologuista. Como no podía ser menos, Miguel Gutiérrez, el autor, dedica un capítulo al técnico del Real Madrid. Lo hace bajo el epígrafe Más popular que Jesucristo, que termina con una bilbainada del portugués: "Dios me ha dado tanto que tiene que pensar que soy un tío cojonudo".

Puestos a parafrasear, sabido es que somos dueños de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras. Y Mourinho no es la excepción. "A mí no me pasará como a Pellegrini, porque si me echan no iré a entrenar al Málaga, sino a un grande", dijo el año pasado el luso. Aunque ayer matizó aquella afirmación, Mou ofendió al Málaga al querer despreciar a Pellegrini. El Chelsea tampoco era un grande hasta que en 2003 Abramovich y su talonario recalaron en el selecto barrio londinense. ¿Acaso no fue el dinero del magnate ruso lo que convenció a Mou para entrenar allí? Pues eso.
"La duda es sabiduría, pero los técnicos no tenemos derecho a demostrarla", dijo Lillo, en otra sentencia que aparece en Frases de fútbol. Quién sabe, igual detrás de esa seguridad en sí mismo que transmite Mou se esconde un tipo lleno de dudas, aunque obligado a disimularlas. Aún así, dudo de que el tono conciliador demostrado ayer le debilite. Al contrario, le engrandece.

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