A mi bola

Una relación mitificada que falsea la realidad

Si el propio Guardiola desmitificó ayer su relación con Bielsa al confesar que "sólo le he visto una vez", El Loco fue más lejos y la calificó de "artilugio periodístico". Sin embargo, y aunque se agradece tanta sinceridad, por una extraña razón aquella visita de Pep a la casa de Bielsa en Rosario se ha convertido en leyenda, sólo comparable a la del maestro Po y el pequeño saltamontes en la serie Kung Fu.
Siendo parecidos en su discurso y su pasión por el fútbol (entiéndase, ofensivo), el juego que predican Bielsa y Guardiola es muy diferente. La metodología de Marcelo se centra en la parte, de ahí que mecanice movimientos, y la de Pep en la globalidad. Los entrenamientos del rosarino se basan en la repetición, a veces rozando la obsesión, y los del catalán en la variación y la variabilidad. Bielsa propone el toco y me voy y Guardiola mantiene el toco y me quedo. Es decir, movimiento de jugadores frente a movimiento del balón.

Pero hay más. En el Barça, la defensa es en zona, mientras que el argentino ordena marcajes al hombre, hasta el punto de que los zagueros persiguen a sus marcas. La intensidad que El Loco imprime al juego de sus equipos, "arriba y abajo, arriba y abajo, sin parar", como lo resumió ayer Guardiola, nada tiene que ver con la pausa del Barça. El Athletic intenta dominar a su rival por empuje y los números de posesión en lo que va de Liga así lo demuestran. Mientras los azulgrana dan una media de 763 pases buenos por partido y tienen 40 minutos el balón, los rojiblancos se quedan en 394 y 26 minutos.
Dicho esto, Guardiola y Bielsa, dos tipos inteligentes y cultos, se respetan y admiran. Ambos están encantados de conocerse y hoy se enfrentarán por primera vez.

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