Tierra de nadie

Las tasas de diseño de CiU

Con el espíritu pionero que les caracteriza, los nacionalistas catalanes quieren dar a la lucha contra la crisis un toque de modernidad, y de ahí esas nuevas tasas de diseño que la Generalitat estudia para el próximo año. Sin renunciar a la tradición, que aconseja de salida bajar el sueldo a los funcionarios, CiU pretende situarse a la vanguardia con nuevos e imaginativos tributos, a los que el PP, siempre al lado de los emprendedores, ha dado ya su apoyo incondicional.

El novedoso modelo persigue que los ciudadanos dejan de ser los sujetos de los impuestos para convertirse en el hecho imponible mismo. Para entendernos, toda persona estará sujeta a gravamen desde antes incluso de nacer, y para resolver el inconveniente de que los fetos carecen de liquidez suficiente se ha decidido trasladar la responsabilidad a sus padres, que tendrían que abonar con los llamados tickets moderadores las consultas de maternidad cuando éstas sean excesivas.

Estamos, claro, en los albores de esta nueva fiscalidad, y de ahí que las tasas esbozadas sólo afecten de momento a unos cuantos sectores como la Justicia, porque los impuestos normales sólo dan para togas, y es normal que si alguien recurre mucho deba retratarse en caja por pesado. Es sólo el principio. Parece lógico, por ejemplo, que si los ciclistas se benefician del asfaltado y los semáforos paguen por ello, o que el uso peatonal de las calles también lleve aparejado un canon en función de los kilómetros recorridos. Tampoco son descartables tasas más espirituales. Si nadie protesta por comprar la entrada del cine, ¿por qué ha de resistirse uno a contribuir a la comunidad cuando ensancha su alma viendo romper las olas en la Barceloneta o presenciando el amanecer desde el Tibidabo?

Es obvio que los turistas no sólo deben pagar por la cama sino por el derecho a utilizarla. Bien explicado, sólo los radicales se opondrían a una tasa justa sobre el aire, que podría imponerse nada más cruzar el Ebro en dirección nordeste. En Madrid sería más difícil porque el aire es una mierda, aunque podría incluirse como recargo en la tasa de basuras.

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