Tierra de nadie

El amiguismo del alma

Se iniciaba ayer el juicio contra ese tipo sonriente y bien vestido que es Francisco Camps: un hombre honrado, según Rajoy; y muy honesto, según Javier Arenas, un presidente muy honorable, a juicio de su sucesor Alberto Fabra; un ejemplo de dignidad y generosidad, según Federico Trillo; un señor respetable, para Aznar; una persona en la que se puede confiar, según Ana Mato; bonhomía en estado puro, según la alcaldesa Rita Barberá; alguien claramente inocente, en opinión de González Pons; un individuo valiente, leal y responsable, según Soraya Sáenz de Santamaría; y una víctima del ataque político, a criterio de Cospedal. Es impropio de políticos tan distinguidos no haber encontrado tiempo para reconfortarle con su presencia ante el amargo trago del banquillo.

Tan impropias como estas ausencias y el cohecho del que se acusa a este dechado de virtudes ha sido la benevolencia con la que la Justicia ha actuado en el caso. Lo insólito no es que a Camps se le juzgue sólo por unos trajes sino exclusivamente por ellos, ya que ha sido excluido de la causa que se sigue contra subordinados suyos por la financiación ilegal del PP.  Se ha repetido tanto que nadie se corrompe por aceptar unos pantalones a medida, aunque sean con ceñidor trasero, que se olvida que lo que se ha corrompido en realidad ha sido una administración entera, puesta al servicio de la camarilla del señor presidente.

Este amiguismo del alma permitía al Bigotes, el gran expendedor de la comarca de trajes, relojes, joyas y viajes, adjudicarse contratos a dedo en cualquier consellería valenciana y al PP encargarle trabajos sabiendo que la factura la terminarían pagando unos constructores que, a su vez, resultaban beneficiados con obras de la Administración regional. Chapoteando como un niño en este lodazal estaba Camps, el dandi del Turia, con sus zapatos nuevos gentileza de Orange Market.

A todas estas cosas impropias se añade la mayor de todas: que la ciudadanía haya premiado la corrupción en las dos últimas citas electorales. Será porque la comunidad más endeudada y con un paro del 25% ha estado bien gestionada.

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