Solución Salina

La carta de un brasileño a sus amigos y familiares que votaron a un ultra

Protesta de mujeres contra Bolsonaro. / EFE

Jair Bolsonaro, el Messias, ya ha llegado: abraza al nacionalpopulista Trump, acorrala a los indígenas de las reservas protegidas y antepone el agronegocio a la Amazonia, anuncia la venta masiva de edificios públicos, elimina la Secretaría de Diversidad —creada para favorecer el acceso a la educación de las personas excluidas por cuestiones raciales, económicas o sexuales—, amenaza con destituir a los funcionarios comunistas y socialistas con contrato temporal...

Todo lo que podría decir ahora sobre el presidente de Brasil ya lo escribió mi amigo Pedro, antes de abandonar Facebook, cuando el candidato ultraderechista se impuso en las elecciones de su país. Entonces, Santiago Abascal y Vox todavía eran una sombra.

"A los nuevos y viejos amigos y familiares que estuvieron a mi lado en las calles y en las redes defendiendo la democracia, el medio ambiente y los derechos humanos y sociales: sabed que mi casa, mi hombro y todo lo que es mío está a vuestra disposición siempre que lo necesitéis. Estaremos juntos siempre.

A los amigos y familiares antipetistas [contrarios al Partido dos Trabalhadores (PT) de Lula y Dilma] que tuvieron la franqueza de reconocer que éstas no fueron unas elecciones cualquiera y se mordieron los carrillos a la hora de apretar el 13 [o sea, de votar con la pinza en la nariz a Fernando Haddad, el candidato del PT]: mi más sincero agradecimiento y mi más profunda admiración. Juntos evitaremos retrocesos mayores.

A los conocidos y familiares que votaron a ese payaso a pesar de todas las alertas de los intelectuales, de los medios extranjeros y de mis súplicas y las de otros LGBT, negros, indígenas y mujeres: vosotros pocas veces me habéis dirigido la palabra durante la campaña electoral, pero yo sé quiénes sois.

Cada vez que un LGBT sea asesinado por un simpatizante de vuestro mito, cada vez que yo o uno de mis amigos activistas negros / feministas / ecologistas suframos porque no se calló ante una injusticia, me acordaré de vosotros.

Y de cómo nada de eso fue más importante que la necesidad de elegir a un diputadito mentiroso y clientelista en nombre de la lucha contra la corrupción; de votar a un ignorante confeso en nombre de la necesidad de recuperar la economía.

Tal vez algún día llegue a perdonaros, pero olvidarlo ya es otra cosa.

Regocijaos en vuestro odio. Tocad la bocina, echad cohetes. Hoy estamos tristes, pero a partir de mañana seremos resistencia y alegría. Y la historia ha de poner las cosas en su debido lugar".

En fin, cuando las barbas de tu vecino brasileño veas afeitar, pon las tuyas a remojar. ¡Bravo, meu querido, meu velho, meu amigo Pedro!

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