Sombreros de colores

Preocupados con la actual Reforma del Sistema de Salud español

¿Debemos estar preocupados con la actual Reforma del Sistema de Salud español? Un debate entre la incredulidad, la indignación y los recortes. Este es el título del debate planteado por la Escuela de Verano de Salud Pública de Menorca para el día 19 de septiembre a las 18 horas, en el que moderados por el brillante investigador Enrique Bernal Delgado, miembro del Consejo Académico de la Escuela, debatirán:  Juan Oliva Moreno, Presidente de la Asociación de Economía de la Salud, Fernando García Benavides, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología,
Teresa González Galiana, expresidenta de Médicos del Mundo y representante de ONGs para el Desarrollo, Albert Jovell Fernández, presidente del Foro Español de Pacientes, Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial

¿Qué pretende el debate? En la explicación del debate por parte de Enrique Bernal plantea los siguientes aspectos:

Hasta hace un año, la mirada macro –y en comparación con los países del entorno, Unión Europea u OCDE- reflejaba amplio acuerdo –nacional e internacional- sobre las bondades relativas de nuestro sistema de salud. Bondades que tendían a resumirse en buenos resultados de salud atribuibles al desempeño del sistema sanitario con una proporción de gasto público relativamente pequeña, y una innegable capacidad para garantizar dosis altas de cohesión social.

Desde hace unos meses, motivo de programar este debate, se están produciendo decisiones en distintos niveles de la Administración General del Estado, y en distintas Administraciones Autonómicas, que se compadecen mal con las bondades referidas en el párrafo anterior.

Desde entonces, una pregunta sobrevuela los innumerables debates, ¿qué conduce a tomar decisiones de calado tan profundo, con tanta urgencia, y con tan exiguo debate? Al fin y al cabo, antes de ese momento ya existía un marcado consenso sobre la necesidad de implementar reformas que mejorasen el sistema.

Sucesivas leyes sanitarias y financieras (en particular, las recientes Ley de Cohesión y Ley General de Salud Pública), numerosos debates y algunas decisiones del órgano de Gobierno del Sistema habían convenido la necesidad de andar un camino de reformas que:

1) asegurase la sostenibilidad del sistema sin mermar a los más frágiles de la sociedad;

2) mejorase su calidad al tiempo que se incrementaba su eficiencia;

3) implicase a otros subsistemas del Estado en la ecuación de la salud y bienestar. Además, algunas de las recetas actualmente encima de la mesa estaban ya propuestas o formuladas; en algunos casos, incluso se había empezado a andar el camino.

Sea cual sea la respuesta, las reformas propuestas, los mecanismos de decisión utilizados, y su precipitada implementación han provocado sentimientos encontrados:

  1. la incredulidad de aquéllos que confiaban en la insuficiente pero bien trabada fórmula de consensos amplios que condujo el Sistema en el pasado, y
  2. la indignación de aquéllos que verían mermados los derechos de ciudadanía, especialmente, los de los más débiles.
  3. Y en el mar de fondo, como única aparente motivación, la impuesta necesidad de hacer recortes en una financiación pública, cuyos crecimientos anuales pese a aumentar desde 2002, todavía estaban en la media de los países de nuestro entorno.

La Escuela de Salud Pública de Menorca quiere contribuir al debate contraponiendo las ideas de unos y otros, con objeto de encontrar aquellos puntos comunes y señalar aquéllos que precisan más debate y mayor consenso.

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