Entre leones

Aitor y los demás

Bueno, ya no hay Presupuestos. Las derechas y los independentistas votaron juntos y abrieron las puertas a un adelanto electoral. Las inversiones previstas en las cuentas públicas, que estaban destinadas a mejorar la vida de los ciudadanos más desfavorecidos tras más de una década larga de recortes y penurias, al cajón de la basura.

Pero las derechas están encantadas y a lo suyo. Casado ya no se corta y llama a Ciudadanos y a Vox a formar un frente común en un "superdomingo" electoral. Rivera sigue erre que erre con "echar a Sánchez" y nada más. Y Abascal está encantado de formar parte de este nuevo eje por la cara.

Y los chicos de ‘El loco de Waterloo’ –así llaman a Puigdemont algunos de los suyos- están eufóricos, porque, al final, se ha impuesto el ‘cuanto peor, mejor’, que enmarca la teoría del caos que se nos viene encima a todos.

Aunque no hay acuerdo de autodeterminación por ningún sitio, aunque España no se rompe ni un cachito, aunque los felones, los corruptos y los mentirosos son ellos, las derechas ni tan siquiera han deslizado unas disculpas a Pedro Sánchez. Y los independentistas no han sido capaces de darle las gracias por haber apostado por el diálogo aunque fuera a ninguna parte.

Los medios goebbelianos que atesoran unos y otros nos contarán, por el lado rojigualda, que lo de la autodeterminación estaba hecho, y, por el de la señera, que la España de los españoles es un régimen autoritario, cuasi fascista que se come crudos a los niños catalanes.

Y crucificarán a Pedro Sánchez y lo enterrarán. Pero se olvidarán una vez más de algo muy importante: el madrileño tiene la virtud de resucitar para ganar. Y lo volverá a hacer.

Por lo demás, el debate presupuestario arrojó una nueva figura política emergente en el PSOE, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Es verdad que tuvo el viento de cola en el mismo momento que dijo que de autodeterminación ‘nanay de la China’.  Y también es cierto Ana María Oramas se lo puso aún mejor cuando metió la pata con lo de las Tres Mil Viviendas de Sevilla (allí la mandaba yo una temporada para que conociera por derecho la dignidad y la capacidad de resistencia de los seres humanos).

Pero a la Montero le escribieron bien y ella estuvo rápida y lidió el fracaso con mucha inteligencia.

No cabe duda de que encabezará la lista de Sevilla, su provincia natal, en las próximas elecciones generales, y que es una clara aspirante a sustituir a Susana Díaz; cuando toque, claro.

Pero la gran intervención de las sesiones presupuestarias fue la Aitor Esteban, experimentado portavoz del PNV. En poco más de 20 minutos, repartió estopa a diestro y siniestro –incluido a los independentistas, a quienes aconsejó tarde la necesidad de haber tenido en cuenta las líneas rojas del Gobierno- con la facilidad y naturalidad que le caracteriza.

Por sacar, sacó incluso las malas purgas–me recordó en el tono aquel ‘váyase a la mierda’ liberador que entonó Labordeta a los populares-  para reconvenir a la bancada de Ciudadanos, que, con Tony Cantó a la cabeza, es especialmente gamberra y faltona. Y teatrera.

Pero lo que más me gustó fue la defensa que, ayudado por unas luces largas potentes y sus propias convicciones, hizo de los referéndums y el derecho de autodeterminación de todos los pueblos en una Europa que está a la vuelta de la esquina.

No solo fue ‘Dos Cojones, Aitor Esteban’, que le dirían en mi pueblo -un pueblo trabajador del sur de España con un toque ‘abertzale’-, sino mucho más: fue una lección de parlamentarismo de altura de cabo a rabo. ¡Chapó!

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