Aprender por vez primera del Sur

Aprender por vez primera del Sur
Dice Boaventura que una de las monoculturas eurocéntricas es la del tiempo lineal. Podemos ser contemporáneos de los funcionarios del FMI, de los banqueros que dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o de los políticos "que saben lo que hay que hacer", pero ese vivir en el tiempo real no basta para situarnos en el mismo nivel: los que están en la cúspide, aunque vivan en el mismo momento histórico que nosotros, nos adelantan en esa representación del tiempo y, sutilmente, nos vuelven inferiores. Siendo así ¿quién va a aprender nada del Sur? Pero ese tiempo ya ha llegado. No significa que haya que repetir aquí lo que están haciendo allí. Significa que están experimentando soluciones que no pasan por seis millones de parados, venta del patrimonio público, abandono del derecho a la vivienda, etc. Queda mucho por hacer en América Latina (pensemos en las amenazas del extractivismo), pero también ya tienen importantes avances constitucionales que nos vendrían francamente bien en Europa. En las elecciones del 7 de octubre en Venezuela hay una parte de la clase media dispuesta, como en Europa con el auge del neoliberalismo, a patear la escalera por la que han ascendido socialmente (lo que no exime de responsabilidad a los que gestionaron esos procesos de construcción de la matriz del Estado social). Eso nos lleva a pensar que, pese a las distancias, hay errores que se repiten...