Fuego amigo

¿Cuál será la próxima ocurrencia?

Un principio periodístico de manual distingue dos planos de valoración para las noticias: las importantes y las interesantes. Los medios de comunicación conocemos bien el esfuerzo que supone vestir de interés a sucesos y personas triviales. De ellos se nutren horas y horas de televisión basura que repasan vidas insignificantes de gente estúpida y desocupada, mientras se escatima al público la verdadera dimensión de las importantes.

En el caso de la crisis del PP, lo importante es que un partido, al que han votado más de diez millones de personas, ha caído bajo la sospecha de que muchos de sus integrantes están en la política sólo "para forrarse", como decía quien todos sabemos.

Así que decidieron tapar la mierda, lo verdaderamente importante, con un suceso interesante de salsa rosa: que Bermejo y Garzón coincidieron en una cacería. Vapordiós. Un acontecimiento que en otras circunstancias hubiera parecido banal, pero que había que tomarlo por las hojas, como el rábano picante, porque era lo único interesante que pasaba por allí en un día particularmente aciago para ellos. Los conspiradores cinegéticos podían haberse enviado un e-mail, o montar discretamente su conjura por teléfono, pero eso es demasiado obvio para la mente abstrusa de los conspiranoicos.

Algo así como la versión cinegética del ácido bórico. Ahora, en su desesperación, el PP intenta distraernos de lo importante, con la noticia de que va a personarse en la causa que instruye Garzón contra sus militantes, porque es el requisito imprescindible para poder recusar al propio juez como sospechoso cazador de gaviotas. Y después son ellos los que hablan de la utilización torticera de la justicia.

Es decir, dejan en manos de Garzón la decisión de recusarse a sí mismo. Generalmente la necedad no alcanza la categoría de importante, aunque hay casos, como éste, que resulta sumamente interesante.

Pero esto es como ir en bicicleta, que si te paras te caes. Las mentiras se tapan con más mentiras y las tonterías con más tonterías. Hemos pasado de las mentiras a las tonterías sin solución de continuidad. Pero yo me pregunto, y os lo dejo aquí para que meditéis en lo que queda de semana: una vez hecho el ridículo, ¿cuál será la nueva ocurrencia para tapar el ridículo?
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Continuación de la meditación:

Se me ocurre que podíamos establecer un concurso de ideas para ofrecérselas a los dirigentes del PP. Valen todas, hasta las más estúpidas y extravagantes. Ellos no van a notar la diferencia.

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