Fuego amigo

La realidad no tiene imaginación

Ya comienzan a saberse partes del sumario del 11-M, y calculo que desde ahora hasta el día del juicio (jo, cómo suena) el goteo diario de detalles será incesante. Esto ya no va a ser periodismo de talonario, de "periodismo creativo" como conocen algunos a los llamados equipos de investigación mundiales y episcopales, sino de fotocopia de uno de los sumarios más rigurosos de la democracia, donde no se soborna a delincuentes para que declaren según un guión prefijado sino que se reproducen frías investigaciones policiales.
Para empezar ya sabemos por cientos de folios de la fiscal Olga Sánchez que la historia del ácido bórico, en la que tres inspectores pretendían ligar la masacre de los islamistas radicales con ETA, «es irrelevante». Sabemos también que uno de los «detonantes» del atentado fue el alineamiento del gobierno de Aznar con la invasión de Irak. Que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) había advertido cuatro meses antes del 11-M sobre el aumento de riesgo de atentados islamistas, sin que el más inepto de los ministros del Interior de toda la historia de España hubiese sabido calibrar tan preciosa información. Y que, desde el primer instante tras los atentados, ese ministro del Interior, Ángel Acebes, estaba puntualmente informado por los servicios de inteligencia de que ETA nada había tenido que ver en el asunto.

Parte de la ciudadanía ya intuyó a las pocas horas que el gobierno estaba mintiendo, y salió (salimos) a la calle a exigir la verdad. Y el 14-M certificó en la urnas que la mentira tiene las patas muy cortas. Si la derecha y su correa de transmisión y de manipulación de las víctimas de terrorismo quieren saber la verdad, que estén de ahora en adelante atentos a las pantallas o a las portadas de los periódicos. Van a saber la verdad a puñados, van a coger una jartá, aunque no quieran, aunque la verdad judicial no sea "su" verdad.
Y de paso quedará claro de una vez por qué el PP tenía tanto interés en que se «siguiera investigando», que no se cerrara el sumario jamás, que todos los servicios del estado perdieran el tiempo en seguir falsas pistas de ácidos bóricos, cintas, mochilas y demás fanfarria de trampantojos creativos. Si de verdad quieren saber, van a saber, porque esto no ha hecho más que empezar. Continuará. Vaya si continuará.

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