Fuego amigo

No son frikis; es su sentido del humor

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No sé si los del PP son unos frikis, como dice José Blanco, pero lo que sí sé es que cada día se empeñan más en convertirse en la parodia de sí mismos. Os doy mi palabra de que no he hecho ningún máster de adivinación en la FAES (la sección del PP de Falange Española), pero pongo a mi santa esposa por testigo de que, en el instante en que escuché que el gobierno había tomado la medida de rebajar la velocidad máxima en autovía a 110 km./hora, me salió del alma, como poseído por el espíritu del hombrecillo insufrible, una voz burlona que se mofaba: "Déjame que beba (o que corra) tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás."

No habían pasado unos minutos, cuando el monologuista estrella de los frikis, González Pons, ocupaba la pantalla de mi televisor (tengo que cambiar de aparato, con perdón; el que tengo debe de estar contaminado, porque sólo sale él) para reivindicar que la doctrina de los que nos quieren gobernar dentro de un año es que, además de poder conducir borrachos, lo hagamos a la velocidad que nos venga en gana. Atención, pues, a los votantes del PP: debéis saber que el que conduzca sereno y a una velocidad prudente, ahorrando combustible, puede ser sospechoso de cómplice de los "soviéticos" del PSOE.

La guinda la puso el portavoz de Medio Ambiente (¿he dicho de Medio Ambiente?) del PP en el Congreso, Carlos Floriano, despreciando estas medidas de ahorro porque le recuerdan "a las cartillas de racionamiento".

¿Un ahorro de 1.600 millones de euros? Vaya menudencia. Desde sus máster en Gürtel, 1.600 millones son para ellos pura calderilla soviética.

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Meditación para hoy:

Cuando ganen, que ganarán, el medio ambiente menguará a cuarto y mitad de ambiente. El hombrecillo insufrible trabaja para un think tank con intereses petroleros, que dedica parte de sus esfuerzos a negar el calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero. Rajoy, el señor de los hilillos, bebe de la ciencia climática de su primo. La concejala Botella, medio vacía o medio ambiente, se lleva cerca de la sierra los detectores de contaminación de la ciudad de Madrid, para que den lecturas limpias de contaminación.

Ese es su interés por la casa común. ¡Ni los perros cagan donde comen!

 

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