25/02/200628/09/2009

Bueno, pues hoy nos vamos de mani otra vez. Ahora toca contra la inexistente negociación con ETA, esa no negociación en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos, por el pequeño detalle de que no existe en estos momentos ninguna negociación con ETA en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos, gracias a que en estos momentos no existe ninguna negociación con ETA en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos... El PP, disfrazado de Asociación de víctimas del terrorismo, y como consecuencia de su soledad existencial que le hace perder todas las votaciones en el Parlamento por ser incapaz de utilizarlo para parlamentar y negociar, nos convoca a una manifestación en Madrid para protestar por una inexistente negociación con ETA, esa no negociación en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos, por el pequeño detalle de que no existe en estos momentos ninguna negociación con ETA en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos, gracias a que en estos momentos no existe ninguna negociación con ETA en la que nadie estaría cambiando paz por presos ni se estaría iniciando una rendición del Estado ante los asesinos... (¡Uf!)
Una manifestación, no para protestar por el hecho de que el Gobierno pueda alcanzar la paz en unos meses (¿cómo no van a desear ellos la paz?, o mejor dicho, ¿cómo van a reconocer que la paz sería "su" problema?) sino para reivindicar que esa paz debe llevar emparejada la venganza, que cualquier tipo de reinserción o atenuación de penas, fruto de una negociación, sería una vejación para las víctimas.
Bueno, para mí esto no es nada nuevo en el comportamiento de la derecha. Lo que me extraña es que la Conferencia Episcopal, depositaria de ese mensaje evangélico que nos obliga a poner la otra mejilla a quien nos ofende, se apunte, una vez más, a la reivindicación de una venganza. Que yo sepa, la venganza no es una virtud teologal, y ya no está entre nosotros para arreglarlo san Josemari, aquel experto torcedor de palabras que convertía la ira, por ejemplo, en santa, siempre que el odio partiese de los buenos cristianos.

Así que, queridos, nos vemos en la manifestación porque me han encargado el trabajo de contaros uno a uno.
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(Meditación para hoy: En las manifestaciones bendecidas por la Iglesia la gente se multiplica como los panes y los peces milagrosos. ¿Por qué cabe más gente de derechas por metro cuadrado que la de izquierdas? ¿Será por la dieta a la que los mantiene ZP?)