Fuego amigo

La universidad está muy rara

Un número creciente de universidades americanas, financiadas por los neocons cristianos, ha decidido introducir la enseñanza del creacionismo (o sea, que un ser superior inteligente está detrás del diseño de la vida y su evolución) como otra alternativa a la teoría de la evolución de las especies de Darwin. Como si no fuese suficiente catástrofe que alguien como el hombrecillo insufrible martirice a sus chicos con clases de historia fantástica en su universidad católica de Georgetown.
Aquí, en casa, el otro día, un profesor de Teología felizmente jubilado explicaba que la mujer que sufre maltrato de su pareja es porque se lo merece, porque las mujeres van provocando, porque hablan demasiado.
El catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense, Aquilino Polaino, no hace mucho que aseguró por escrito y ante la Comisión de Justicia del Senado, a propuesta del PP, que la homosexualidad "se suscita" en los hijos adoptados por gays o lesbianas.

En la Universidad de Murcia existe una asignatura en primero de medicina llamada Bioética, que debe de ser algo así como la de religión disfrazada de ciencia. El profesor titular es un tal Luis Miguel Pastor, y su aporte al conocimiento científico lleva camino de superar en varios pueblos a la teoría del "diseño inteligente" de los evangélicos americanos, o a la explicación del nacimiento de Al Qaeda en el siglo XV por parte de Aznar, o a la justificación por parte del teólogo apologético del maltrato a la mujer.
Para conseguir un premio Nobel se puede dedicar toda una vida a la investigación, o buscar un atajo, como el médico coreano que, mediante la falsificación de pruebas, aseguraba haber clonado con éxito a media arca de Noé. El atajo que se ha buscado el profesor de la Universidad de Murcia es parecido al de Polaino, cuando asegura, por ejemplo, que "los homosexuales son unos enfermos", según han denunciado sus alumnos. Pero quizá una de sus aportaciones a la investigación médica que jamás olvidará el alumnado de primer curso de la Facultad se refiere a la fecundación in vitro, asunto que tanta pasión suscita entre los creyentes. Y dice así, atención: "El niño puede ser dañado al ser concebido por una mujer soltera, viuda o lesbiana..."
Ya sabemos que cuando la religión practica el amor con la ciencia acaban naciendo monstruos. Pero desde aquí os reto a que hagáis el esfuerzo mental de explicarme cómo es posible que un espermatozoide, por muy listo que sea, conozca a primera vista, con el atontamiento que se le supone por estar medio congelado, que el óvulo con el que le van a casar pertenece a una lesbiana, soltera o viuda. Pudo aseguraros que yo he follado en mi vida mucho más que ese gélido chulo primerizo de tubo de ensayo, y es el día de hoy que todavía no sé si mi vecina tiene un tic en el ojo derecho o se me está insinuando desde hace años. El martes de carnaval me disfrazaré de espermatozoide. A ver si salgo de dudas.

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