Marcha a Bruselas

Como una marea naranja

Como una marea naranjaMe gusta imaginar que seremos como una "marea naranja", tal vez sea por esos chalecos de color naranja flourescente que vamos a vestir durante todo el recorrido.

Ya no hay vuelta atrás. Hemos dado el pistoletazo de salida y toda la maquinaria se ha puesto en movimiento.

Mañana, 14 de agosto, comenzaremos nuestra Marcha hacia Bruselas, pero hoy, antes de emprender un recorrido que nos llevará hasta la capital de Europa, nos hemos reunido con nuestros amigos, con aquellos que nos acompañarán estos días, y también con los que aunque no caminen junto a nosotros, acogen esta idea con simpatía y solidaridad. Es nuestra forma de darles las gracias y de decirles: ¡hasta pronto compañeros!

Todos juntos hemos hecho votos para que esta loca idea que nació de unos cuantos idealistas y que poco a poco, como una gran bola de nieve, se ha transformado en una iniciativa ilusionante y sobre todo reivindicativa, llegue a su fin tras 45 duras etapas a través de tierras aragonesas, francesas y belgas.

Avanzaremos como una marea, a veces impetuosa y enorme.  Serán esos primeros días aun descansados y con los pies libres de ampollas. Otras veces pareceremos una humilde ola, que mansa y tercamente recorra las vías francesas, hablando de solidaridad, compromiso y lucha por nuestros derechos en la dulce lengua de Oc.

Llegaremos al rompeolas de Bruselas, envueltos en la espuma de los días compartidos, humildes, cansados y satisfechos tras haber caminado 1700 kilómetros. No tengo la menor duda que habrá valido la pena el esfuerzo, nuestro esfuerzo, el esfuerzo de todos los que caminantes o no han puesto su granito de arena para que esto fuera posible. Por todos ellos, por esa marea naranja que recorrerá media Europa contra la reforma salarial, por los derechos sociales y por un reparto más justo y equitativo del trabajo y la riqueza, nos ponemos hoy en marcha.

"Las batallas perdidas son aquellas que no se dan, y ésta desde luego vale la pena darla"

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