Marta Nebot

Poesía criminal

Mercedes Sánchez, directora general de Servicios Penitenciarios y de Rehabilitación de la Generalitat de Catalunya, en 2002 prologó un libro de versos escrito por reclusos: "La poesía contenida en este libro rebosa humanidad y sensibilidad (...) merece mi reconocimiento y felicitación". Uno de los poemas (Romance de la Silla)  lo escribió un condenado a 30 años por matar a su esposa y decía: "La maté porque era una pelma (...) Debí atizarle antes (...) Era aburrida, asquerosa, mal vestida, glotona, gorda y sudorosa y andaba como burra herida, pese a que se creía hermosa".

Hubo escándalo y el conseller de Justícia, Delfí Guardia, zanjó la cuestión con esta declaración: "Es lamentable que haya alguien que pueda pensar eso (...) y que lo escriba. Me duele el error, no la mala voluntad de no saber discernir lo que era publicable de lo que no lo era."

¿No hubiera bastado con leerlo para discernirlo? ¿O es que insinúa que alguien les hizo la cama? En cualquier caso, con la cama hecha o sin hacer, la directora no dimitió porque no era culpable de defender los malos tratos sino de no leer, y en eso, claro, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Otra que se cubrió de gloria en 2002 fue la delegada del Gobierno en Castilla- La Mancha, Encarnación Naharro, en la revista Ecos Toledo: "Los hombres conducen en general mejor que las mujeres. Siempre que ves a alguien por la carretera dudando y tal, es una mujer".

Esta tesis fue ratificada por Carmen Riolobos, diputada popular que añadió: "Las mujeres tenemos dificultades para orientarnos espacialmente, y es algo demostrado científicamente. Eso hace que nos perdamos en las ciudades cuando conducimos, cosa que a mí me pasa habitualmente".

Seguro que las pocas conductoras de transporte público y montañeras que hay les están agradecidísimas...

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