Memento

Elige la pastilla azul o te la haremos tragar a hostias

Elige la pastilla azul o te la haremos tragar a hostias
Imagen de Matrix

Mañana llegan unas nuevas elecciones generales y, aunque algunas personas ya llevamos unas cuantas votaciones, parece que en estas podemos decidir, casi en modo de plebiscito, el futuro modelo de Estado que queremos. Es verdad que, desde hace unos años, con la irrupción del 15M y el nacimiento de nuevos partidos de relevancia nacional, nuestra participación política dejó de ser meter un voto cada cuatro  años y que los partidos hagan o deshagan a su antojo. Cada vez nos interesamos más y eso se ve reflejado en el aumento exponencial de minutos que dedican los medios a las tertulias políticas. También en que pocos esconden ya su preferencia partidista y siguen a sus líderes como hooligans y los defienden a muerte. El acto de votar hace años que no se hace mayoritariamente con indiferencia, sino que algunos lo hacen con odio, otros con esperanza y algunos con tristeza. Pero hay un sentir de cara a mañana que el resultado puede ser casi definitivo para muchas personas y colectivos.

Aunque se presentan muchos partidos y son cuatro los que optan realmente a presidir el gobierno, desde el principio están en lidia dos modelos de gobernar. La derecha contra la izquierda. El conservadurismo contra el progresismo. Parafraseando la famosa película, mañana elegimos entre la pastilla azul y la pastilla roja. Podemos elegir de muchas formas cuál tomar, apoyando partidos nacionalistas, independentistas o mayoritarios, pero se ha creado ese clima de que, se apueste por lo que se apueste, el lunes amaneceremos con una idea de futuro donde puede que quepamos todas o puede que no. Cada cual tendrá sus preferencias, algunos marcarán sus líneas rojas e intentarán hacer lo mejor para sus votantes, no vendiendo su apoyo barato, pero la pastilla azul parece que puede traer penosas consecuencias y será difícil que, si no suman, se les permita dárnosla y hacérnosla tragar.

Porque si elegimos la azul ya hemos visto lo que viene. La negación de la violencia machista. La negación de los derechos a las personas trans. La persecución a los migrantes racializados. El recorte de derechos. El rechazo a una educación en igualdad y afectivo sexual para que no sea el porno el que eduque. El retorno de los "espectáculos" taurinos y la eliminación de derechos de los animales. El fin de las leyes de memoria democrática y la posibilidad de recuperar los restos de familiares de muchas personas, algunas en edad muy avanzada ya. Podría seguir enumerando y eso que han tenido poco tiempo de gobierno las coaliciones de PP-Vox, pero han dado algunas pinceladas de lo que se nos viene encima.

¿Y si elegimos la pastilla roja? Afianzaremos derechos y pelearemos otros, pero, sintiéndolo mucho, el clima puede ser igual de respirable. En estas elecciones nos han dado a elegir, pero para los de azul, no hay elección posible. O escoges su pastillita o te la harán tragar. Se ven victoriosos y, en caso de derrota, no piensan aceptarla. No van a soportar otros años de oposición como si nada. No están acostumbrados a no manejar el cotarro y quieren acabar ya con la bromita de que gobierne el PSOE, encima en coalición y con el apoyo de partidos independentistas. ¿Creéis que estos últimos años han sido irrespirables? Preparaos para lo que venga como vuelva a salir el gobierno actual de coalición.


Ya hemos visto en las últimas semanas cómo se ha cuestionado el voto por correo, lo cual ha llevado incluso a la agresión a un cartero. Algunos han ido más allá y cuestionan la fecha de la convocatoria como una trampa para mantenerse en el poder. No estamos lejos del "Stop the count" dicho por Trump. También han señalado a la televisión pública por el simple hecho de preguntar y cuestionar las mentiras que decía Feijóo. Otro de esos que van de moderados, González Pons, cuestionó la profesionalidad de los periodistas de la corporación pública. Finalmente, su partido ha optado por esa estrategia para desviar el foco sobre su candidato.

No es solo cuestionar el resultado de las elecciones, que veremos hasta dónde pueden llevarlo en caso de perder, sino que serán cuatro años más de objetar de un Gobierno en el que no creen. Ya vemos a Feijóo cómo pide que gobierne la lista más votada o de lo contrario "se devalúa la democracia" como si no entendiera cómo funciona el parlamento español. Claro que lo sabe, pero es una manera más de quitar legitimidad si gobiernan los "perdedores". También seguirán persiguiendo con bulos a los migrantes, a las mujeres o a cualquier ley que suponga un avance. Lo hemos visto estos cuatro años y lo harán de forma más beligerante. Porque seguirán regando de dinero público de las comunidades autónomas donde gobiernan a pseudoperiodistas como Ana Rosa Quintana, Alvise o Javier Negre para que acosen e intenten crear un relato de terror y de usurpación de las instituciones.

Sea cual sea el resultado de mañana, la derecha y la extrema derecha van a querer imponer su relato y sentirse vencedores. Gane quien gane mañana, el clima va a ser irrespirable y la normalidad en la vida de muchas personas puede estar en peligro. Nos quieren hacer tragar la pastilla azul a la fuerza. Pero por mucho que pataleen, que insulten, que den dinero a medios afines, que cuestionen todo, es más importante poder escribir en el BOE que no hacerlo. Es más gratificante tomar las calles para presionar a un Gobierno que puede escucharnos que salir a la contra, por muy bonito que quede en las fotos. Es mejor para los colectivos minoritarios sentir que se les escucha que sentir que se les persigue. No creo que mañana sea definitivo, pero ver la derrota en la cara de los fascistas es suficiente alegría para ir a votar. ¿Y el lunes? Sea cual sea el resultado, tocará seguir peleando hasta que esa extrema derecha no exista. Ni en el parlamento, ni en las calles, ni en los centros de trabajo.


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