Merienda de medios

Camps empieza a rezar

Tras ser imputado formalmente, Francisco Camps se ha encomendado al Altísimo para que todo le vaya bonito el día 19, cuando tenga que explicar al juez por qué quiere "un huevo" a Alvarito el Bigotes y la relación de este con su dotadísimo fondo de armario. Con Camps se ha mostrado muy comprensivo el PP, que en vez de suspender de militancia al galán valenciano, le expresaba su "plena confianza y apoyo". Dos interrogantes quedan en el aire: ¿acudirá Rajoy a la puerta del Tribunal? ¿Irá el imputado de traje o de sport?

Al menos a la primera pregunta contestaba en Diario Crítico Jorge Mestre, un "liberal moderno" que a quien quiere un huevo es a Camps, quizás porque él, impulsor del periódico Valencia en Feria, es gente agradecida: "Si el PP nacional es consecuente con lo que ha mantenido en todos estos meses, ha de estar con Francisco Camps el próximo martes más allá de los comunicados oficiales". Y si Rajoy no puede, ¿no convendría que le acompañase Fabra que se conoce la calle?

Camps, sin duda, es un hombre querido. El ex de ABC, José Antonio Zarzalejos, le describía así en La Estrella Digital: "No es un hombre inmoral, ni un político banal o frívolo. Ha demostrado, sí, ser ingenuo, desavisado e inexperto. Pero, insisto, no se le puede tener por desalmado o rampante". Además, si lo de los trajes fuera cierto, se preguntaba, ¿estaríamos ante una práctica incorrecta o inmoral o ante un delito? Pregunta por pregunta, ¿podría un inmoral presidir la Comunidad Valenciana?

En lo de dar apoyo a Camps, La Razón no se quedaba atrás: "Los datos conocidos de la investigación hasta la fecha no parecen ni consistentes ni relevantes y todo apunta a que la causa que afecta al presidente valenciano será archivada", sostenía en un editorial redactado a medias por el adivino Marhuenda y su bola de cristal.

A Dios rogando

Quiérase o no, el asunto huele mal para Camps y también para Rajoy, quien, según El Periódico, llevará "una mancha" si se confirma el tuneado gratis total del valenciano. "¿Quien no ha puesto orden en su casa, inundada de aguas fecales y de correas de transmisión inmundas, es el que nos ha de gobernar a los ciudadanos de este país?", inquiría en El Plural un buen conocedor de los rudimentos de la fontanería como es Enric Sopena. "Si así fuere, que Dios nos coja confesados", añadía. Posiblemente no exista, pero entre unos y otros a Dios no le va a faltar trabajo.

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