Merienda de medios

Los buenos camaradas

Si aceptamos que toda sociedad tiene los políticos que se merece, estamos obligados a ser más indulgentes con los que nos ha tocado en suerte, aunque sólo sea para ponernos a salvo a nosotros mismos. Ya muy mayor y con la cabeza en otra parte, le preguntaron a Dolores Ibárruri su opinión sobre los políticos de la época, incluidos Suárez y Fraga. "Pues qué quiere que le diga, hijo. Todos, muy buenos camaradas", respondió Pasionaria. Es evidente que en esto no creó escuela.

Gabriel Albiac ve todo tan negro que un día este hombre nos da un disgusto. Disertaba ayer sobre la clase política en activo y no tuvo mejor idea que comparar a sus representantes con Maquiavelo, que además de listo, malo y muy putero, era, al parecer, altamente resistente a la tortura. "Hubo una vez políticos. Hombres. Ahora, sólo deshechos", concluye desesperanzado su artículo en La Razón.

Lo peor viene cuando se personaliza. De Magdalena Álvarez dice Martín Ferrand que "domina el esperpento" con más arte que Valle-Inclán y que tiene un "lenguaje desgarrado, como de verdulera antigua". El de ABC se muestra, por el contrario, muy comprensivo con Esperanza Aguirre y Francisco Camps, que "visitaron sin ser vistos" el lugar donde se vino abajo el túnel del AVE a Valencia. Las fotos no dejaban lugar a dudas. Aguirre y Camps se echaron literalmente al monte, lo cual, por abusiva reiteración, no debe de ser noticia.

El arte de brear a los políticos puede degenerar en obsesión. Enric Sopena, marido de Margarita Sáenz Díez, la emprendía ayer con Aznar, igual que esos estresados empleados japoneses a los que se permite apalear diez minutos al día el muñeco del jefe. "Dios los cría y Mussolini, Franco y Bush los juntan", afirmaba en El Plural, después de meter en el mismo saco de "la derecha extrema que atenaza al PP" a Esperanza Aguirre y al "centrista" Ruiz Gallardón.

También se puede jugar a la equidistancia. ¿Quién se ha bajado más los pantalones?, viene a preguntarse César Alonso de los Ríos en un artículo en ABC que pasará a la historia porque no menciona ni una vez a ETA. "Hay una diferencia entre Zapatero y Rajoy: aquel ha sustituido los pantalones por una toalla mientras a éste se le ven los huevos", sentenciaba con sutileza.

Sentido y sensibilidad

Los políticos sufren, y menos mal que el Supremo ha dicho que grabarles con cámara oculta es de muy mal gusto. Luis del Olmo reflexionaba ayer en Punto Radio sobre su padecimiento: "Muchas veces he pensado en los compañeros de 'El jardín de los bonsáis' que imitan perfectamente a los personajes... Si eso se malutilizara, podríamos hacer mucho daño". Del Olmo tiene sentido y sensibilidad.

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