Modos y Modas

Ha nacido una estrella

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA

Todavía no se ha enfriado la impresora que estampó en el papel la sentencia del 11-M y he aquí que ya tenemos un libro sobre su ponente, el adusto magistrado Bermúdez. Su título, La soledad del juzgador. En portada, un atractivo retrato del juez a toda página. En su interior, una semblanza del protagonista que no ahorra comparaciones aparatosas: con Fernando Alonso y Miguel Induráin entre otros. El libro lo firma la esposa de Bermúdez, quien tiene todo el derecho a enaltecer la figura de su cónyuge, faltaría más. Pero a algunos idiotas románticos la aparición de este libro nos produce cierta decepción, para qué ocultarlo.

Se había ganado Bermúdez una merecida consideración de funcionario judicial circunspecto y laborioso, que lo alejaba de la imagen, tan nociva en muchos aspectos, del juez estrella. Ahora que lo vemos en la portada de ese libro, se nos caen los palos del sombrajo. Y es que nos inclinamos a creer que los casos que la sociedad le pone entre las manos a un togado no son para su lucimiento personal, sino para que preste en su instrucción o resolución un delicado servicio a sus conciudadanos, en el que más conviene ser discreto que gustar de exhibirse. Aun deseando que la mujer de Bermúdez venda muchos libros, permítasenos preferir otro tipo de actitud judicial. Como la de Ismael Moreno, por ejemplo: un señor que ha llevado casos gravísimos y cuyo rostro casi nadie conoce.

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