Otras miradas

¿El podcast matará a la estrella de la televisión?

Montse Melià

Periodista

Micrófono. -Pixabay
Micrófono. -Pixabay

"El video mató a la estrella de la radio". Era el título de una canción que triunfó allá por 1979, y que pronosticaba el fin de las estrellas radiofónicas, o lo que es lo mismo el fin de la radio como medio de masas, a causa del auge del video. Un pronóstico que no se cumplió, como tantos otros. No se cumplió porque, como decía McLuhan, el medio es el mensaje y porque se trata de dos soportes distintos que implican dos formas diferentes de seguirlos. Podemos escuchar la radio en muchas situaciones: en el coche, mientras trabajamos en casa, paseando, etc. Pero no podemos hacer lo mismo mientras miramos la televisión. Es en este sentido un medio más pasivo.

Ahora las cosas han cambiado. La irrupción de los podcast de forma masiva -por qué hace años que existen- está provocando un giro que no sabemos hacia donde nos llevará. La mayor parte de los podcasts de seguimiento masivo, Buenafuente y Romero, Jordi Wild, Estirando el Chicle, etc., son de hecho radio con imagen. Por eso triunfan también en la radio. Su particularidad reside en el hecho de que básicamente consisten en un plano fijo en el que van contando cosas y conversando. No precisan por tanto atención visual continuada.

Otro aspecto destacado es el lenguaje que usan, no son políticamente correctos más bien al contrario. No escatiman en improperios ni en palabras malsonantes, impensable en la televisión que hemos conocido. De los 40 para abajo ya casi nadie ve la televisión convencional. Aunque es posible ver programas fuera de su hora de emisión a través de las plataformas eso no parece animar a los más jóvenes. A la mayoría de ellos les "aburren" los programas de televisión. Es más, ya muchos ni tienen aparato de televisión en sus casas y los que lo tienen la usan para reproducir contenidos de Youtube. Y esos jóvenes probablemente mantendrán esas costumbres en la edad adulta. O sea que podemos deducir que la audiencia de las televisiones, especialmente las generalistas, es de edad avanzada lo que pronostica poco futuro para ellas. A no ser que acometan reformas en profundidad, de forma y contenido.

Además, ahora consumir televisión ya no se identifica para la mayoría con lo que alguien definió como "chicle para los ojos". Ahora, muchos de nosotros ya nos hemos acostumbrado a la interacción. Por si fuera poco la profusión de medios y contenidos visuales y de todo tipo alimenta en parte las "fake news" y eso, al final, debería hacernos estar más atentos para poder detectar las mentiras que nos quieren hacer creer.

Cierto es que la fidelidad a los medios, las redes y sus contenidos tiene relación directa con nuestra forma de pensar o nuestra ideología y eso ya nos hace proclives a confiar en ellos. Aunque también nos influye el aspecto reputacional, el "caso Ferreras" es un buen ejemplo. Es muy fácil destruir una reputación, eso lo saben bien los creadores de falsas noticias, y muy difícil reconstruirla. Total que también esto, las falsas noticias, lo políticamente correcto, la necesidad de mantener una reputación positiva, lleva a muchos a no creer en casi nada y a preferir la irreverencia y la transgresión de muchos de los podcast con más seguidores.

Uno de los podcast con más éxito del momento es The wild project, de Jordi Wild. Tiene más de 3 millones de suscriptores en youtube y unos 6 millones de visualizaciones en algunos momentos. Los programas de televisión con más espectadores superan por poco los 2 millones. Estos datos nos lo dicen todo. La prueba es que muchos políticos, y expolíticos, se han lanzado también por este camino. La gran oferta de canales, soportes, contenidos en definitiva, hace que elijamos preferentemente lo que queremos ver en particular, lo que nos gusta. Por esto los programas de los canales generalistas que triunfan son los que se dirigen a un público más definido.

Por eso la televisión pública, en especial RTVE, está de capa caída, porque no define el tipo de espectador al que se dirige. Y eso que lo tiene fácil. La pagamos todos, es pública, no tiene anuncios. No sabemos si, en el caso de la televisión convencional, se va a cumplir una especie de versión actual de aquella canción y si "El podcast va a matar a la estrella de la televisión" pero lo que es seguro es que los nuevos formatos se van a imponer, no sabemos por cuanto tiempo. Porque lo que también sabemos seguro es que van a aparecer nuevas formas y nuevos soportes.

Más Noticias