Otras miradas

Ayuso declara la guerra a la Universidad

Agustín Moreno

Diputado de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. -EFE / Marta Pérez
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. -EFE / Marta Pérez

Coincidiendo en el tiempo, se han producido dos hechos aparentemente inconexos, que la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha encargado de unir: un debate sobre la Universidad en la Asamblea de Madrid y la berrea machista en un colegio mayor. Díaz Ayuso, para no condenar que llamar putas a las mujeres es destruir la convivencia, acusa a la universidad de ser enemiga de la libertad. Su "guerra cultural" contra los valores democráticos no deja prisioneros.

1. El 6 de octubre los tres grupos progresistas de la Asamblea de Madrid presentamos una Proposición No de Ley (PNL) sobre la universidad madrileña. No era una PNL al uso, sino un grito de socorro de las universidades públicas de Madrid acosadas por la escasez presupuestaria y la multiplicación de universidades privadas.

Las universidades públicas de Madrid están prácticamente quebradas. Para que se entienda: los presupuestos universitarios no llegan a cubrir el 100% de los gastos y ni siquiera los de personal. Ello sitúa a algunas universidades en situación de riesgo de insolvencia, que sólo han podido ser superados mediante mecanismos insostenibles en el tiempo. Recordemos que Madrid es la comunidad más rica y de las que menos invierte en universidad y en investigación.

Por otro lado, con la Universidad se pretende hacer lo mismo que con la educación no universitaria: crear un modelo ultraliberal que estrangule a las públicas al tiempo que se fomentan iniciativas puramente especulativas. Esta estrategia erosiona el concepto de universidad y de lo público ¿Se puede llamar universidad a quien se publicita diciendo "que aquí solo se habla de business"? Madrid tiene seis universidades públicas y trece privadas, un tercio de todas las de España (cinco de ellas aprobadas en los tres últimos años) y 25 centros adscritos, muchos de dudosa calidad.

De ahí, que la PNL propusiera un acuerdo de financiación plurianual con las universidades públicas que garantice la totalidad de los gastos de personal. La reducción de las tasas y precios públicos hasta situarse en la media de los costes del sistema universitario y con progresividad. Un plan de Renovación y creación de Infraestructuras Educativas y Científicas con contratos programa con cada universidad pública en materia de I+D. Y un plan integral de reducción de la precariedad en el empleo de PDI y PAS.

2. Ese mismo día conocimos los bárbaros cánticos machistas de los alumnos del Colegio Mayor Elías Ahúja. Son tan deleznables que no quiero repetir en este artículo las burradas proferidas. Lo único positivo, es conocer cómo se está educando a los que aspiran a ser la élite de este país. Porque esta es la pregunta: ¿qué tipo de mala educación y de antivalores reciben estos jóvenes para llegar a esto?

Cuando conocimos a otro grupo de un colegio privado de Palma de Mallorca que se fotografiaban con el saludo fascista y una bandera de España con la sigla "Vox", hubo quien dijo que se estaba poniendo de moda ser facha. La cuestión no es que esté de moda ser facha, sino que a veces la educación recibida conduce a ello. Ese es el tema de fondo: no son un grupo de chicos que hacen el gamberro en colectividad, sino jóvenes educados intencionadamente en una ideología clasista, machista y conservadora, muchas veces con el dinero de todos los ciudadanos. Observemos hechos que nos pueden ayudar en la reflexión.

Hay colegios del Opus que segregan por sexos que el gobierno de Madrid financia con 50 millones de euros al año. Se privatiza la educación impulsando los conciertos educativos: en Madrid capital, más del 60% del alumnado está escolarizado en centros concertados y privados; la consecuencia es un modelo educativo profundamente segregador y clasista. La oposición del Gobierno de Madrid a currículos democráticos que formen en igualdad, multiculturalidad, sostenibilidad, educación afectivo-sexual..., es decir, que eduquen en derechos humanos. Los cheques escolares alcanzan a familias ricas para que lleven a sus hijos a los colegios privados y suponen 212 millones de euros.

Una diputada de Vox llegó a decir en la Asamblea de Madrid que el mejor pin parental era el cheque escolar. Es decir, transferir alumnado a la privada para controlar su educación ¿Por qué ahora nos escandalizan los gritos del Ahúja si se adoctrina a jóvenes en valores conservadores y patriarcales, y se normalizan socialmente los discursos negacionistas de la violencia de género?

3. Isabel Díaz Ayuso se ha negado a condenar los intolerables sucesos del colegio mayor Ahúja. Es una obscenidad, aunque sean sus votantes, sus cachorros. Podría haberlo hecho recurriendo a la tradición, que tampoco lo explicaría, porque la tradición también era el toro de la Vega o tirar a una cabra desde un campanario. Lo más grave es el argumento utilizado: "A mí lo que me sorprende, sobre todo, es que la Fiscalía esté para investigar esto, mientras en la universidad, a lo largo de los años, hemos visto en numerosas ocasiones pancartas a favor de los presos de ETA, hemos visto cómo han acosado y han montado escraches a profesores y alumnos impidiendo conferencias en libertad...".

Es mentira. La Universidad no tiene un problema de falta de libertad. Es una institución socialmente bien valorada y está fuera de dudas su honorabilidad. Es el gobierno de la Comunidad de Madrid quien ataca su libertad, porque pauperizando a las universidades públicas quiere controlar la libertad académica y la capacidad crítica. Sin suficiencia financiera no hay autonomía universitaria.

Ayuso, con su guerra cultural, abre un nuevo frente para debilitar y destruir a las instituciones democráticas y la Universidad es una de las más importantes. Decir que no hay libertad en la Universidad es, curiosamente, el mismo argumento que utilizó Vox en la Asamblea para oponerse a la PNL sobre Universidad arriba comentada. Ojo, no es una improvisación, es otro bulo más de la ultraderecha en el que insistirán. Es un ataque frontal a la institución universitaria y a su libertad académica que es un pilar de la democracia. Es tan grave poner en cuestión a la Universidad y los valores sobre los que hemos construido nuestra convivencia, que Díaz Ayuso debería retractarse.

Las universidades tienen mucho que decir. Ante la asfixia presupuestaria, ante la proliferación de sucedáneos universitarios privados y ante el ataque a su honorabilidad. El silencio en este momento supondría complicidad. Defendamos la Universidad pública. Es una prioridad política para alcanzar una sociedad justa y democrática en el siglo XXI.

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