Otras miradas

Volvamos a hacerlo

Gloria Santiago

Candidata de Podemos al Parlament por Eivissa

La diputada de Unidas Podemos, Gloria Santiago, interviene durante una sesión plenaria en el Parlamento de Baleares, en Palma de Mallorca, Baleares (España), a 16 de diciembre de 2020. Foto: Isaac Buj / Europa Press
La diputada de Unidas Podemos, Gloria Santiago, interviene durante una sesión plenaria en el Parlamento de Baleares, en Palma de Mallorca, Baleares (España), a 16 de diciembre de 2020. Foto: Isaac Buj / Europa Press

Era 21 de junio de 2019 y acababa de aterrizar en Palma. El día siguiente era el primer día de legislatura. Como la persona más joven del Parlament, yo iba a formar parte de la Mesa parlamentaria provisional junto a la persona más longeva, hasta la elección de la mesa definitiva en esa misma sesión. Entré como diputada y horas más tarde salía como vicepresidenta del Parlament de las Illes Balears.

Llegaba para trabajar por el cumplimiento del acuerdo de Gobierno progresista más ambicioso de la historia de las Illes Balears. Con el Pacto se iniciaba el camino certero para la recuperación del bienestar social y, como eivissenca, la transformación del sistema turístico iba a ser la piedra angular de esta legislatura. Cuatro años después termina el mandato y en las Illes todo han sido pasos hacia adelante en la conquista de derechos.

Como en el Congreso, o en todos los territorios en los que alguien de Podemos pone un pie y ocupa un espacio público, hay un antes y un después que está equilibrando la balanza entre los muy poderosos y las grandes mayorías. Baleares era un territorio infectado de corrupción desde hacía lustros y con una percepción que parecía irreconciliable entre modelo económico y bienestar social. Nada en estos cuatro años ha sido sencillo, pero se han dado pasos decisivos hacia el futuro.

En sede parlamentaria he formado parte de la aprobación de leyes que marcarán el destino de nuestra sociedad y una, muy especialmente, que acompañará el crecimiento de las nuevas generaciones hacia una mayor fortaleza social: la primera ley de Educación de la historia de las Illes Balears. Fue determinante la existencia de Podemos para que esa ley fijara la gratuidad del material escolar a personas de rentas bajas y que la memoria democrática se estudie al compás de los Derechos Humanos.

Determinante también fue nuestro trabajo para que las islas sean la primera comunidad autónoma en medir la carga de trabajo de las camareras de piso y así poder mejorar sus condiciones. El modelo laboral que exprime a quienes sostienen nuestra economía ya no es una opción, como tampoco lo es seguir recibiendo turistas por encima de nuestras posibilidades.

Hemos gestionado áreas de gran significación para el modelo productivo de las islas con unos resultados óptimos en transición energética y sector primario. La industria, como alternativa al turismo, ha aumentado un 23% mostrando la mayor tendencia hacia la diversificación de las últimas tres décadas.

Hemos conseguido levantar al sector primario consiguiendo que la financiación europea se incremente en un 60% para ayudar al campo, para incorporar jóvenes al sector, para nuevos proyectos que nos traigan más independencia del turismo y más empoderamiento social. El camino hacia un modelo mejor para las Illes Balears no llegó hace 8 ni hace 30 años, llega tras nuestro paso.

A fecha de hoy, el PP sigue protagonizando portadas relacionadas con la corrupción, con un imputado candidato a la presidencia y ridiculizando las mejoras conseguidas para las camareras de pisos. Nosotras hemos conseguido tener la primera empresa pública de energía que hace frente a los oligopolios y comercializa vatios de energía verde a precio de coste. Los de siempre harán lo de siempre, nosotras trabajaremos por conseguir lo mejor.

El poder legislativo descansa hoy en las islas a la espera de una nueva etapa en la que para nosotras, el acceso a la vivienda tendrá prioridad sobre cualquier otra medida. Pocas dudas habrá de que pelearemos por el derecho a la vivienda sin temor ante los lobbys bancarios, sector inmobiliario, especuladores y, también, sin vacilar a la hora de limitar el turismo desbordado.

Las puertas del Parlament se cierran dejando por escrito las leyes, los debates, las votaciones que serán causa y justificación de lo que pase más adelante. Vendrá una nueva legislatura en la que otra vicepresidenta tendrá el honor que he tenido yo de representar a estas cuatro islas maravillosas que han merecido todo el trabajo y dedicación. Volvamos a hacerlo.

Más Noticias