Ahora que no nos oye nadie

Diario Rumbo a Gaza V - ¿La calma que precede a la tempestad?

24 de abril de 2024

No recuerdo el sueño, pero sí que una voz ajena se adentraba en él. Era la llamada al rezo del Fajr, sonando en los altavoces de las 15 mezquitas que hay sólo en esta parte de la ciudad. Miro por la ventana y apenas clarea. Lo sé porque todavía destaca la luz azul de los neones de la fachada de mi hotel por encima del cielo. Son alrededor de las cinco de la mañana y lo que me despierta es la primera llamada de las cinco que tienen lugar cada día en el islam suní. Nadie ha dormido muy bien hoy. El día de ayer fue intenso y la cabeza lo acusa.

Me clavo tres cafés turcos sin filtrar y como un Karadeniz pidesi y un kürt böreig en la cafetería que se ha  convertido en la redacción particular mía y de un compañero. Ayer apenas comí, así que tengo que aprovechar cuando hay tiempo y apetito. Pago 145  liras turcas por todo y me despido del camarero, "tesekkur ederim", "gracias". Esta y "merhaba" ("hola") son las únicas dos palabras que he aprendido a pronunciar bien en turco. Estoy muy orgullosa de ello, así que las uso en exceso. Vuelvo al hotel para hablar un rato con Ana, mi hermana, que está guapísima y preocupada. Me dice que ha leído que EEUU ha aprobado una nueva ayuda militar a Israel de 13.000 millones de dólares. Dice que se arrepiente de haberme animado a venir. La tranquilizo. No puede pasarnos nada muy grave, tenemos a Ada Colau, bromeamos.

Lo único que hay convocado hoy es una sentada organizada por IHH en solidaridad a Palestina en la plaza de Sultanahmed, entre Santa Sofía y la Mezquita Azul. Me acerco paseando con una mochila estúpidamente cargada hasta el punto de encuentro. Grabo unos vídeos, mando una documentación personal a la Flotilla y convoco un par de entrevistas. No hay mucho más que hacer hoy. Aprovecho la calma para ver la Mezquita Azul y probar una shisha. Definitivamente se me da mejor el tabaco.

La Flotilla guarda silencio. Se supone que hoy trasladaban el barco de los astilleros al puerto. Nos llega también que nos cambiarán de barco, aunque nadie de la organización lo confirma. No se confirma nada y eso es lo que me mantiene recelosa. Aún no sabemos a qué hora saldremos el viernes, ni el puerto. No tenemos una lista de cosas básicas que llevar y el documento que reclamó la autoridad portuaria a la Flotilla será enviado mañana jueves, según interpreto del intercambio de mails y whatsapp. Me parecen tiempos ajustados, pero qué sé yo de burocracia turca. Esta percepción no es información periodística, puede que me equivoque.

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