Acabo de leer que durante el curso 2008-2009 la enseñanza religiosa católica ha sido escogida por el 73% del alumnado. O sea, que tres de cada cuatro alumnos escogen Religión católica. Nos estamos dando cuenta de que eso de borrar la cultura religiosa es borrar nuestras raíces judeocristianas, independientemente de que se tenga fe. Las familias consideran que la educación religiosa en la escuela favorece la formación integral y contribuye a formar buenos ciudadanos. Así que, año tras año, se reitera el deseo de las familias de que sus hijos cursen en la escuela la asignatura de Religión. ¿Algo más que añadir? ¿O se entiende claro?

RITA VILLENA MÁLAGA

Pues no, no se entiende ni patata. Quizá porque usted no ha leído la noticia entera. O quizá porque, como cabía esperar, ha decidido contarla a medias y se calla lo que no le conviene.

Este año ha descendido otra vez el número de alumnos que eligen la asignatura de Religión: un 73,6%, sí. Pero en 2007-2008 era un 75,7% y el curso anterior un 76,9%. Cada año menos, gracias a Dios, y es así desde hace una década. ¿Lo entiende con claridad? Pero además eso son cifras totales. En la enseñanza pública, eligen Religión en un porcentaje mucho más bajo. En la concertada, en cambio, el porcentaje es muy superior. ¿Por qué? No hace falta ser muy lista para acertar la respuesta: la inmensa mayoría de la enseñanza concertada en España es religiosa, en particular católica. Y ya me dirá qué libertad de elección real tienen los críos en esos coles de curas y monjas. En otras palabras: donde pueden elegir, cada vez escogen menos Religión. Además, a medida que se hacen mayores y deciden por sí mismos, cada vez son menos los que eligen Religión (en Bachillerato ya sólo es un mísero 30%, gracias a Dios). ¿Se entiende claro ahora? ¿Algo más que añadir?

Lo más llamativo es el tránsito de su primer a su último párrafo: pasa usted de afirmar que los "alumnos escogen" a hablar del "deseo de las familias de que sus hijos" estudien Religión. ¿No elegían los chavales? Si pueden elegir ellos (sin curas por medio o cuando van siendo más mayores), no tienen la menor duda.