Vamos a por un capricho, una receta de fiesta, un lujo de restaurante viejuno, un plato del que no deberíamos nunca abusar. El sándwich de cruasán de huevos revueltos es uno de esos comestibles que nos retrotrae a cierta burguesía en decadencia, a hotel de los años ochenta, a una Costa Azul en plena expansión...

Es un calórico pero delicioso desayuno con cierto aire francés. Como ya hemos advertido, un capricho para un día especial que no debería incluirse en la dieta diaria si no se quieren ganar kilos de más. Su elaboración es sencilla - más fácil que una hamburguesa- y es perfecto para comerlo frente a la costa o un prado soleado de montaña (antes de una excursión).

La calidad del resultado depende, claro está, del cruasán que se utilice y de los huevos. Se le añade algo de verde (hojas de rúcula, ensalada, y cebollino) para aligerarlo un poco. Puestos a tener un exceso, muchos le agregan además beicon frito, jamón york o jamón serrano, o salmón ahumado, y algún tipo de queso, como el de cabra, e incluso cebolla caramelizada.

Sándwich de cruasán de huevos revueltos

Ingredientes por persona:

• 1 cruasán.
• 1 huevo fresco.
• Unas rodajas de queso de cabra cremoso o similar.
• Una o dos lonchas de jamón serrano ibérico o beicon.
• Cebollino picado.
• Aceite de oliva.
• Sal.

1. Prepara el cruasán y los huevos:

Parte el cruasán por la mitad. Pon a calentar una sartén, con un pelín de aceite. Bate los huevos en un recipiente. Añade los huevos a la sartén y remueve durante unos minutos mientras se hacen. Dales un punto de sal.

2. Monta el cruasán:

Pon en una de las caras del cruasán unas hojas de rúcula. Después, unas rodajas de queso de cabra. Añade unas lonchas de jamón ibérico (puedes dorarlo también en la sartén) y luego los huevos revueltos. Cierra el cruasán y sírvelo inmediatamente.

➥ Seguimos con un sandwich de salmón ahumado.