Rosas y espinas

PP y Casa Real, normalizando la explotación

PP y Casa Real, normalizando la explotación
Una camarera de un restaurante en una foto de archivo. - EUROPA PRESS

Resulta que, en la toma de posesión de Alfonso Rueda, sucesor de Alberto Núñez Feijóo en la Xunta de Galicia, la comida fue preparada y servida por 50 alumnos del Centro Superior de Hostelería de Galicia. Ochocientas raciones para un millar de invitados. Sería un gesto institucional maravilloso, este de dar trabajo y experiencia a los chavales, si obviáramos el hecho de que los cocineros y meseros de la escuela no cobraron ni fueron dados de alta en la Seguridad Social, así que, si alguno se abrasaba el rostro con aceite hirviendo, ya podía ser creyente, pues solo le quedaba rezar. La práctica es ilegal, pero ya sabemos que para el Partido Popular eso son menudencias.

Dicen desde la Xunta que los 50 estudiantes son voluntarios, que es una gran "oportunidad" para ellos, y que estaban súper "encantados e ilusionados". Como la Mami de Escarlata O'Hara, o sea. Esclavos con derecho a la sonrisa.

Mi camarada Anita Botwin, que ha hecho de su dolor ciencia y poesía, me recuerda que esto no solo está bien visto en gobiernos autonómicos finisterrados como el gallego, sino que se practica en la mismísima e inmarcesible Casa Real, los borbones, los que si dices que son unos ladrones te mandan a la cárcel (democracia plena: por eso he de aclarar aquí que los borbones son ultra súper honrados, trabajadorcérrimos y encantadores).

Me recuerda Botwin que, en el Palacio Real, auxiliares de sala discapacitados fueron obligados a currar jornadas inhumanas de hasta 11 horas por 545 euros al mes. En 2019, varios empleados del real sitio lo denunciaron, y El País sacó la noticia después de contrastarla. No sé si os sorprenderá tanto como a mí que la empresa subcontratada para prestar ese servicio a Patrimonio Nacional perteneciera a Florentino Pérez. Nunca hubiera imaginado que este ejemplar caballero pudiera estar mezclado en algo turbio. Pero como Clece es una empresa de ACS, que a su vez delega en otra que se llama, paradójicamente, Integra, pues Florentino se pierde entre tanto entramado societario y así no puede desplegar toda su humanidad solidaria entre los trabajadores. Si lo sabré yo.

A este paso, con obreros sin cobrar o percibiendo dos euros por hora, no me cabe duda de que pronto alcanzaremos el pleno empleo. No me extrañaría que hasta la reina Sofía pudiera encontrar trabajo, que la pobre lleva siglos de ETT en ETT a ver si se independiza de su campechano marido corneador.

Este es un gran país de oportunidades, donde el más humilde estudiante de hostelería puede llegar a trabajar gratis e ilusionado y el más doliente auxiliar de sala del Palacio Real llevarse dos euros a casa con la satisfacción de haber servido a su rey. Yo no sé de qué se quejan los republicanos.

Cuando una señora particular cogió en brazos al hijo de Irene Montero y Pablo Iglesias, lo normal era mandarlos a los cuatro a los juzgados por contratación ilegal, como así hizo sabiamente el juez Escalonilla. Aquí sí que se observaba flagrante delito. ¿Cómo puedes coger en brazos a un hijo de cargos públicos sin llevarte una mordida? El caso se archivó, pero solo porque Podemos domina la judicatura, como todo el mundo sabe.

Isabel Díaz Ayuso tomó en brazos a su hermano Tomás y se embolsaron 230.000 pavos. Eso sí que es ética, arte acunando a bebés y saber gestionar. Por no hablar de los dos millones que se llevó el novio. Lo que no sé yo es de dónde saca tanta fuerza Ayuso para amamantar a dos tíos tan corpulentos a la vez. Los poderes de esta bella dama son inescrutables.

Los 50 chicos que cocinaron y sirvieron para Alfonso Rueda son el gran ejemplo de esta España que tanto amamos. Sensata y tradicional. Con sus ricos y sus pobres, "con sus hembras y sus hombres, sus apellidos, sus nombres, su sexo y su domicilio. Y su carnet de identidad". Lo cantaba Serrat y arriba os cuelgo la trova. También habla de un "perro muerto en la cuneta", pero no sé a qué se referirá.

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