"Las medidas de seguridad aeroportuaria actuales no son capaces de detectar una bomba en el cuerpo humano" -Informe de los servicios secretos franceses- 

¿Creía usted que ya lo había visto todo en controles de seguridad de aeropuerto? ¿Pensaba que no cabía más humillación tras cruzar bajo el arco detector descalzo, sujetándose los pantalones con una mano, y expuesto a ser cacheado por el funcionario de turno? Pues esto sólo es el comienzo, oiga. En nombre de la seguridad aceptamos lo que nos echen. 

La noticia apareció esta semana en el diario francés Le Figaro, y aunque fue recogida por la prensa internacional, no pasó de un tratamiento anecdótico. Se trata de un informe de los expertos antiterroristas, dirigido al ministro de Interior francés, en el que advierten de un nuevo tipo de bomba: supositorios explosivos, pequeños dispositivos que se introducen por el culo y que, accionados por control remoto, explotan destrozando el cuerpo huésped del suicida, y lo que esté cerca de él. Como lo oyen, no me invento nada. 

Si usted no ha atendido a la noticia, los responsables de seguridad sí lo han hecho. El informe ya ha sido aprovechado para redoblar las presiones de quienes buscaban renovar la actual prohibición de llevar líquidos en los aviones. Pero sobre todo, podría ser la excusa perfecta para introducir nuevos controles y restricciones. 

No teman ser retorcidos. Confiesen con toda franqueza lo que están pensando. Siempre se quedarán cortos, no tienen la suficiente imaginación, nunca llegarán a ser responsables de seguridad aeroportuaria. Por ahora se habla de instalar aparatos de rayos X, pero si en vez de hacernos pasar por la placa deciden que haya personal enguantado dispuesto a practicarnos una exploración anal, estoy convencido de que nos bajaremos los pantalones sin rechistar. Por lo que pueda pasar, pónganse ropa interior limpia siempre antes de viajar.