Trabajar cansa

Micheletti dará lecciones por América

"Reiteramos nuestro respeto a la Constitución, renunciando a promover cualquier consulta popular con el fin de reformarla" -Fragmento del Acuerdo Tegucigalpa/San José-    

                                 

¿Qué va a hacer el golpista hondureño, Roberto Micheletti, cuando ceda el poder? Descartado que rinda cuentas ante la justicia, y puesto que en Honduras no tiene mucho futuro político ya –salvo que necesiten otro golpista-, se abre para él un nuevo campo de actividad adecuado a su experiencia: puede dedicarse a dar conferencias por el continente, de ésas que algunas fundaciones pagan tan bien. 

Ante la posibilidad de que Micheletti recorra América compartiendo sus conocimientos, su agenda ya echa humo: son muchos los países donde querrán conocer la "vía hondureña", y sus posibles aplicaciones locales. Allí donde haya un gobernante tentado por desviarse del recto camino –reformando la constitución o buscando alianzas internacionales inapropiadas-, llevará el golpista su mensaje de esperanza. 

Apoyado por un vistoso powerpoint, y tal vez acompañado por el general Romeo Vasquez, Micheletti ofrecerá la receta del buen golpe. Tomen nota, que no la repito: primero se coge al presidente revoltoso y se lo saca del país. Después se forma un gobierno civil y se convocan elecciones. Tercero, aceptamos una mediación internacional que permita ganar tiempo, mientras se reprime la posible resistencia interna. En el último momento, para legitimar las elecciones, se pacta un acuerdo a la baja con mediación estadounidense, y tan contentos. 

El plan es perfecto. Los golpistas consiguen sus objetivos iniciales: dejan fuera de juego al presidente desviado, frenan toda reforma, controlan el proceso electoral y lanzan un aviso para futuros aventureros. A cambio se van de rositas, sin consecuencias. Una enseñanza que seguramente será de mucho provecho en otros países.

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