¿Ranas con pelo? No, mejor: Intereconomía con principios. Nada menos que 19, recién publicados bajo el nombre de Ideario en su web. Así reza el último: "Intereconomía procurará que sus medios se distingan por apartarse de cualquier estilo vejatorio y de toda forma de injuria, calumnia e intromisión maliciosa en la intimidad, honor y buena fama". Del dicho al hecho, Eduardo García Serrano, opinatero de tan inmaculado Grupo, trata de acuerdo a esos valores al Tribunal de Derechos Humanos de la UE. "Yo me permito pasarme por el forro del escroto a la autoridad del Tribunal Europeo de Derechos de no sé qué para exculpar a un etarra, porque Otegi es un etarra", perora en un video con calidad de televisión albana de los setenta. Y remata: "Vais a tener que pagar de las pensiones de vuestros muertos 23.000 euros por mor de la sentencia de un tribunal de mierda".

Por comparación, hasta la última soflama de Alfonso Ussía en La Razón queda en caricia. Ni haberla parido en verso mejora el resultado: "Tenemos a Pachi López / a Eguiguren entregado / a Eguiguren sometido / y con Sortu a medio paso / de lograr que el terrorismo / vuelva a ser legalizado". Al editorialista de El Mundo también le inspira el nuevo partido de la izquierda abertzale. Eso sí, él prefiere la prosa: "Sortu es una creación de la banda y su brazo político para eludir la ley y volver a las instituciones. Por eso el PP no podría continuar respaldando al Gobierno de López si éste insiste en su legalización".

Fukushima, mon amour

Si se han enganchado a la milonga pronuclear, no crean que hay mucho nuevo, salvo que les parezca tal esta peculiar argumentación del editorialista de ABC: "Tampoco la catástrofe de Bhopal (que mató en 1984 a unas 20.000 personas y afectó gravemente a medio millón) ha impedido que la industria química se desarrolle y aumente sus niveles de seguridad sin necesidad de discusiones milenaristas". Hasta 20.000 muertos hay margen. Y lo de la seguridad de la industria química, ejem.

Del mismo subgénero, aunque con pretensiones épicas, una soplagaitez firmada desde la quinta fila de Libertad Digital por un tal Manuel F. Ordóñez. Habla de los últimos ingenieros de Fukushima: "Les quitasteis el honor, que es como quitarles el alma. Les acusasteis de huir, les tachasteis de cobardes. Cuando supisteis que era mentira, que no se habían ido, les llamasteis kamikazes".