La trama mediática

Titula, que algo queda

Huele a semana de titulares creativos. La Gaceta pone el listón alto: "Zapatero y Zerolo se besan mientras el PSOE insulta Intereconomía". Ay, ese "mientras", ¡cuánto juego da! También lo sabe el portadista de La Razón, que tira del comodín a discreción: "ETA dispara a matar mientras busca colarse en las instituciones". Tiene su qué el enunciado, pero se queda corto ante la paloma -¿será un faisán?- que se saca de la chistera El Mundo: "El alto el fuego de ETA permite tirotear gendarmes, según Bildu". Tal cual. Fuera del pódium, todo lo que ofrece ABC es una foto XXL del líder del PP, dedo índice en ristre, apostillada por esta leyenda: "Rajoy señala a los que le insultan".

Por alusiones, comparece Federico Jiménez Losantos, uno de los que más a fondo se ha empleado en la tarea de acollejar al pontevedrés. Así lo mentaba en su blog de Libertad Digital: "Entre los dirigentes del PP, el que peor se ha portado con las víctimas del terrorismo ha sido el propio Rajoy, que dijo en la cadena de Rubalcaba eso tan despectivo de que debía 'mirar su agenda' para ver si iba a la manifestación". Eso, inmediatamente después de haber escrito esto: "El comportamiento del PP con la manifestación de la AVT, que se lo había puesto muy fácil para recuperar la identificación con su base electoral, ha sido sórdido y repugnante". Y nada de reschistar, porque como apunta en ABC, Ignacio Camacho, estamos ante el colectivo infalible por definición: "Las víctimas siempre tienen razón, incluso cuando no la tienen".

Urnas que escuecen

Junto con la manifestación del sábado, las plumas afiladas han encontrado su divertimento en las consultas catalanas. "Estrepitoso fracaso de la charlotada soberanista", decía El Mundo en editorial. "A caballo entre el circo y el teatro, de la amenaza a la mentira, el nacionalismo catalán gobierna para sí mismo", se aplicaba ABC, mientras La Razón se mesaba los cabellos: "La experiencia no alcanzaría más interés que unos juegos florales para consumo interno de una minoría".

Todo amagos. El ganador de la puja fue Carlos Dávila, que anotaba en La Gaceta: "¿Y si a los españoles de segunda, o sea, todos los que no son catalanes, les da por votar a favor o en contra de la permanencia de Cataluña en España? Seguro que serían llamados separadores afectos al más rancio odio hacia todo lo catalán. Hartos estamos todos de esta comedieta".

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