La trama mediática

La excomunión de López

Penúltima hora: Patxi López vuelve a ser de los malos. El editorialista de ABC, que hasta hace un cuarto de hora bebía los vientos por él, lo ha sacado a patadas del pedestal: "Es inadmisible que la primera autoridad del Estado en el País Vasco, el lendakari Patxi López, salga sistemáticamente en defensa de todas las iniciativas que promueve ETA para estar presente en las elecciones del 22-M". Desde La Gaceta, el tonante Román Cendoya le recordaba al inquilino de Ajuria Enea quién le paga el alquiler. Con reiteración, además: "Es importante recordar que Patxi López es lehendakari de prestado. Parece que al lehendakari López y a Eguiguren, presidente del PSE, se les olvida que están en el poder de prestado".

Se pasaba por alto en ambos palos que antes y después de las palabras que lo mandaron al lado oscuro, López se manifestó sin reservas a favor de la impugnación de Bildu. ¿Manipulación informativa? ¡Ca! Eso sólo lo hacen al fondo a la izquierda y, mayormente, en RTVE, según -entre otras zahúrdas mediáticas- La Razón: "Alberto Oliart está descuidando el pilar básico en que TVE basa su credibilidad: el equilibrio informativo, que excluye el sectarismo y el favoritismo hacia el partido en el poder". Con Urdaci vivíamos mucho mejor.

Retozando en el mismo barro cospedalino, el editorialista de Libertad Digital se acuerda literalmente de la familia de Ana Pastor. Vean: "La parcialidad y el sectarismo progubernamental en los servicios informativos de RTVE -incluido Los desayunos de RTVE, que dirige Ana Pastor- no quedan muy a la zaga a los que se pueden detectar en los programas de La Sexta, cuyo director es, precisamente, el marido de Ana Pastor, Antonio García Ferreras".

Wyoming, Buenafuente, Borbón

¿La Sexta? Lo peor. Y además, sus presentadores van hechos unos adanes, según escribía el dandy Carlos Dávila en La Gaceta. Claro, el Borbón los copia y el personal se hace lenguas sobre su salud: "Pero de aquí a presumir que el Rey ha decidido convertirse en un haragán como un presentador de La Sexta o que está malito y en esa situación le importa un bledo la apariencia, va un trecho".

Va la propina final, a cargo del plañidero Salvador Sostres en El Mundo: "Me pregunto por qué la izquierda nunca es extrema en un país en el que a los que no nos queremos doblegar a sus delirios se nos dispara y tenemos que pedir perdón por simplemente respirar". Pobriño.

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