Una china en el zapato

El mundo según el Sr. Smith

Es difícil olvidar el vídeo de los marines que sobrevolaban un barrio de Bagdad disparando civiles al tiempo que comentaban los asesinatos con la risa de quien maneja un videojuego. La grabación fue divulgada por Wikileaks, y puso al descubierto los delitos cometidos por las tropas estadounidenses.

Sin embargo, hace tiempo que bajo el epígrafe de "los cables de Wikileaks" se ofrece como noticia lo que en realidad no son más que las opiniones de un individuo. Los informes de los diplomáticos norteamericanos a sus superiores realmente no tienen más interés que reflejar el punto de vista de ese diplomático en cuestión. Eso por no ponernos en lo peor, y pensar que las páginas mandadas no eran sino la tediosa obligación de tener que contar algo en días en los que no había nada que contar.

¿No se iba a divulgar información vital sobre un banco americano? Quizás cuando se publique esta columna al fin estemos en eso, pero lo cierto es que por ahora llevamos meses leyendo comentarios prescindibles: que un presidente sea ambicioso o una soberana influyente no parece gran cosa, y menos aún al no ser una verdad esencial sino una opinión del señor Smith. Pero si carece de interés ¿por qué continúan publicándolo? Y sobre todo, ¿cuándo van a parar? Creo que hay más de doscientos mil cables. Diosmío, ¿van a darnos cuenta de todos?

Un Gran Hermano veinticuatro horas va a emitirse en la frecuencia que antes ocupaba el canal de noticias CNN+. Me parece una imagen tristemente ajustada al uso que se está haciendo de los documentos filtrados por Wikileaks: la mirada embobada a lo insustancial se impone a la denuncia de lo que importa.

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