Una china en el zapato

La chispa de la felicidad

El domingo terminó en Davos otra reunión más del Foro Económico Mundial que viene celebrándose anualmente desde hace cuarenta años. Incluso para esa élite de empresarios y políticos reunida en la elegante estación de esquí suiza parece claro que las tasas de desempleo actuales son insostenibles. Aunque no le dediquen demasiado tiempo, es un problema para sus negocios, porque provoca desigualdades y conflictos sociales -o no sé bien qué, pero algo les incomoda-, de manera que el tema siempre sale aunque sea de refilón.

      Estamos hablando de cosas básicas. Así como un palo y una piedra fueron en su día los elementos necesarios para encender la chispa del fuego, la combinación adecuada de ocio y trabajo parecería esencial a la hora de producir la chispa de la felicidad.  En este sentido, la verdad es que es muy  extraño dónde nos encontramos: unos sufren por no poder trabajar y otros por trabajar demasiado. Visto así, lo más sensato parecería repartir el trabajo, aunque eso requiera reajustar un modelo de sociedad y un esfuerzo de imaginación. (No es una locura, hace algunos años el PSOE lo contempló en su programa, pre-electoral, claro.)

     En todo caso, tranquilidad. Hay gente que está pensando en ello y no son precisamente los reunidos en Davos. El pasado 19 y 20 de octubre se celebró el I Congreso Internacional sobre la felicidad, organizado por el Instituto Coca-Cola. "La chispa de la vida" se hace cargo de nosotros. Pero por si incluso su chispa no fuera suficiente, otra empresa americana arrimará el hombro y lanzará este mes la Cana-Cola, un refresco con extracto de Marihuana. Quien no prenda fuego será porque no quiera.

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