Un pozo de agua fresca
Mi moral andaba en niveles freáticos cuando ayer me llamó un cliente para ofrecerme trabajo. Se me abrió un pozo de agua fresca en la misma puerta del verano. No hay una sensación más parecida a la que experimenté como aquella que te embarga al borde de un pozo de agua fresa, en plena calima veraniega.
Así me siento hoy, con mi trabajo y la promesa de que este verano va a ser mucho más amable de lo que no pude soñar en todo este invierno, que ha sido el más frío de mi vida. Sólo deseo que el resto de mis paisanos alcancen esta dicha y que no volvamos a tener noticia de la precariedad, el abandono, la
mendicidad.
Ahora que estamos en vísperas de elecciones europeas, ¿no será ahora la ocasión idónea para que nuestros políticos nos prometan dejarse la vida en la lucha por el pleno empleo, por un pozo de agua fresca para cada uno de nosotros que nos devuelva la
alegría?
Mario López Sellés/Madrid

Mayor Oreja nos insulta
En una clara proyección freudiana de su mala conciencia, Mayor Oreja nos ha insultado a más de 40 millones de ciudadanos diciendo que "Camps es el más honorable de todos los españoles". Es decir que, aunque no se destaparan más hazañas de ese político, todos los demás españoles –incluso Mayor Oreja, al que, ese sí, debemos creerle cuando habla de sí mismo– somos menos honorables que Camps. Vamos, que sería de juzgado de guardia si no fuera porque no insulta quien quiere, sino quien puede. El fondo y la forma de expresarse muestran hasta qué punto puede llegar la degradación de algunos
políticos.
Jaume Mit Pau/BarcelonaLa peculiar

Institución real
Podemos disentir del tono brusco de las denuncias del alcalde de Puerto Real al rey, por las que la Audiencia Nacional acaba de multarle, pero resulta difícil mantener un tono suave y un vocabulario exquisito cuando, una y otra vez, Barroso y otros ciudadanos hemos sido radicalmente censurados y privados de nuestros derechos a la libertad de expresión y a la elección de nuestros representantes. Incluso siendo Papa "por la gracia de Dios", el pontífice es sólo infalible en escasísimos casos, y muchos santos criticaron a muchos papas con razón en beneficio de la
Iglesia.
En beneficio de España, debemos superar las ya tan disfuncionales reliquias de un pasado predemocrático como las que se acumulan en esa peculiar institución monárquica heredada del

Sí, votaré
No votar no deja de ser una elección más frente a las urnas, pero, a mi entender, lleva aparejada una actitud un tanto pasota, e incluso me atrevería a decir de poca implicación con todo lo que nos rodea y acaece. En nuestro país, la democracia es todavía muy joven y han sido muchos los sacrificios que la sociedad española ha tenido que sufrir para poder llegar a esta forma de organización política. Por eso no entiendo que se opte por no ejercer el derecho al sufragio, al ser este uno de los más importantes símbolos de lo que supone la democracia.
Por otro lado, Europa parece que está muy lejos, allá en Bruselas, aunque realmente las decisiones que se toman en esa ciudad de triste climatología nos afectan en cientos de cosas de nuestra vida
cotidiana.
Desde esta carta animo a los ciudadanos a que ejerzan su derecho al voto, pensando en sus antepasados, que nunca pudieron elegir a los gobiernos de su país, pero sobre todo pensando en el futuro, que tiene que pasar por el cambio del desarrollo económico y productivo, por el respeto al medio ambiente y por una lucha decidida contra el cambio climático; por hacer de Europa, además de una unidad económica, una unidad política con voz y referencia en el mundo, donde se produzca una globalización de los derechos sociales e individuales a todas las personas. Al igual que ocurre con el resto del mundo desarrollado, hay que apostar por sacar al Tercer Mundo de la situación vergonzosa y espuria en la que se encuentra.
En definitiva, por un mundo mejor y más feliz. Yo desde luego que votaré el domingo, para que las generaciones futuras no me acusen de no involucrarme en los problemas que nos rodean, de dejadez, de pasotismo, de ignorancia o de mirar hacia otro lado.
Óscar Pardo/Valencia

Centrales
y armas nucleares
¿Cuántos años llevan las personas y organizaciones
preocupadas por el medio ambiente denunciando las erróneas, agresivas y nocivas políticas de desarrollo y crecimiento social avaladas y sustentadas por la ignorancia y el interés del corto plazo? Como los efectos del cambio climático no respetan fronteras, ahora, dar muestras de una cierta inquietud ecológica es norma y parte de las buenas formas; pero, cuidado, sin pasarse, las dosis tienen que ser convenientemente recetadas por las instituciones para, en la medida de lo posible, evitar molestias o trastornos al progreso del reflexivo y bondadoso sistema.
Claro que, como siempre, existen obstinados personajes que se empeñan en boicotear el camino hacia el bienestar, y ahí están año tras año con el dichoso runrún de la energía nuclear. Pues no pierdan el tiempo. Hasta que no suceda una enorme monstruosidad que afecte o amedrente a la elite o dé al traste con la vida en el planeta, seguirán proliferando las centrales y armas nucleares.
Alejandro A. Prieto/Gijón-Asturias