Cartas de los lectores

24 de octubre

Crisis
La definición de la empresa como unidad productiva de bienes y servicios ha cambiado. Antes, la empresa era un conjunto de capital y trabajo a partes iguales. Nadie discutía la definición: otra cosa era el reparto de beneficios, en los que había que negociar. De ahí la labor de los sindicatos. Con el liberalismo y el mercado global, el mundo del trabajo entró en crisis: el sentido de pertenencia a una empresa ya no existe. Las categorías laborales no se respetan. Cualquiera puede sustituir a otro. Nadie es imprescindible. Prima la rentabilidad. Dinero, plusvalía, dividendos, bonos, poder... y otros dioses de la economía moderna pueblan la mente de muchos empresarios. "La crisis pasará", piensan. Se equivocan. La crisis se instaló para siempre en la economía.
Antonio de la Torre Junquera / Madrid

Bolivianos en Londres
Mi amiga Daniella, residente desde hace más de seis años en España, con trabajo y contrato permanente, decidió ir con su amigo Juan Carlos a Londres. Fueron a pasar unas vacaciones de cuatro días, pero no les dejaron entrar.
Fueron criminalizados y sentenciados a 24 horas de falta de libertad, vieron truncadas libertades de todo tipo, para luego ser devueltos como auténticos criminales. Todo en regla, pero es que eran de Bolivia.
Si alguien me roba 24 horas de libertad siendo inocente, exigiría una compensación inmediata. Han acusado a inocentes, y encima les han hecho pasar la vergüenza de tener que volver así a España.
Cristina Fernández Hierro

Somalia
Dada la grave situación en la que se encuentra Somalia, donde la población sufre las terribles consecuencias de conflictos violentos, la renta per cápita no sobrepasa los 400 euros, la esperanza de vida es de 48 años, la mitad de los habitantes depende de la ayuda humanitaria y la tasa de mortalidad infantil es 28 veces superior a la española, el arresto y posterior juicio de los piratas no evitará el problema de los secuestros de embarcaciones.
Aunque por cuestión de procedimiento y estética se apliquen respuestas de carácter coercitivo y disuasorio, existen pocas dudas respecto a su esterilidad, así como de cuáles han de ser las bases adecuadas para que miles de somalíes sumidos en la pobreza no estén dispuestos a ganarse la vida de bucaneros.
Alejandro Prieto / Gijón

Recurrir la tasa

Sobre la nueva tasa por gestión de residuos urbanos del Ayuntamiento de Madrid, parece que nadie se ha dado cuenta de dos cosas. La primera, que se cobra por los residuos que genera o puede generar una vivienda. De este modo, se grava a las viviendas vacías, que no generan residuos. ¿Se imaginan que el impuesto sobre la renta se pagara, no sobre el dinero que uno gana, sino sobre el que puede ganar? Es un claro abuso.
La segunda, que el único parámetro para imponer la tasa es el valor catastral del inmueble. Así, la tasa se convierte en un recargo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles. Es decir, se está gravando la posesión de un inmueble con dos tributos. Animo a los madrileños a recurrir esta tasa ante el Tribunal Económico Administrativo Municipal. Yo ya lo he hecho.
Santiago Fernández Díez-Picazo / Madrid

No nos tome por tontos
Ante el monumental cabreo de los vecinos de Madrid, el alcalde ha anunciado una congelación impositiva para 2010. Nos toma por tontos. Estas declaraciones únicamente responden a nuestro enfado y a nuestra actitud decidida de movilizarnos hasta que elimine la tasa.
Quiere engañarnos con una congelación después de haber duplicado la media de los impuestos y tasas desde que ocupa la alcaldía.
No debemos olvidar su política recaudatoria y de despilfarro. Ahora más que nunca es necesario participar en las campañas que se están llevando a cabo (recogida de firmas, solicitud de aplazamiento, recursos...) y sobre todo acudir a la manifestación del próximo miércoles para exigir ante su puerta que elimine la tasa de basura.
María Jesús Cantero / Madrid

Sobre la prostitución
La "pretenciosa seguridad" y las "aberraciones" son inevitables cuando sólo se dispone de 15 líneas para expresarse, señor Carlos París. Yo no hablaba del trabajo, no veo para qué había que tener en cuenta que es una actividad. De hecho, no sólo, en la teoría de Marx, es una actividad, sino también el resultado de la misma. Hablaba de la fuerza de trabajo, concepto que se define como la capacidad de realizar trabajo. Y como tal, el capitalista compra fuerza de trabajo. Pero se trata de una mercancía especial que no puede separarse del cuerpo del obrero. Durante la jornada, el obrero no puede hacer lo que quiera con su cuerpo,
luego no es dueño de él.
El capitalista, como tal, no compra trabajo, sino que lo vende. Un empresario que reclama por contrato tener relaciones sexuales con sus obreras o que le construyan su chalet o que corten el pelo a sus familiares no actúa como capitalista, sino como consumidor. Los proxenetas no son los clientes de los prostíbulos. Para resumir mi idea: se pueden utilizar cientos de argumentos contra la prostitución, pero intuyo que no la teoría económica marxiana.
Julio Loras Tortosa (Tarragona)

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