Ciudadano autosuficiente

Siete cosas que tu coche no es

Siete cosas que tu coche no es

Siete sencillas pautas que te permitirán reducir notablemente el gasto y la contaminación que produce tu coche.

Un salón comedor
A menos que seas un detective en el ejercicio de su profesión, no tiene sentido que te instales cómodamente en tu coche, con el motor encendido y la calefacción o el aire acondicionado funcionando a tope, para leer novelas. Evitando esta mala práctica, ahorrarás gasolina y evitarás que la gente se asfixie cuando pase al lado de tu coche o que los vecinos tengan que cerrar las ventanas.

Una prolongación de tu personalidad
Parece ser que los cincuentones con la vida resuelta se compran un crossover (o SUV o todocaminos) para añadir a su persona una especie de extensión aventurera, como el que se añade unas extensiones al pelo. Según la publicidad, los millennials  consideran este tipo de coches como "sexys", y así sucesivamente. Al final muchos se compran el coche que no necesitan, más grande y más caro, y tiran el dinero. Si quieres transmitir una personalidad distinta de la tuya real, hay maneras más baratas de hacerlo. Por ejemplo, cultiva un huerto o cuida un jardín.

Una miniatura
Uno de cada cuatro controladores de aparcamiento han sufrido agresiones, en la ciudad de Madrid. Es evidente que hay personas que no soportan que les digan que su coche está mal colocado, donde no debe o fuera de lugar. Ten en cuenta que un coche ocupa unos 10 metros cuadrados, más que muchos apartamentos. Y los ocupa en plena calle, es decir la vía pública por donde pasamos todos. Aparcando bien, ahorrarás mucho dinero.

Un santuario
Encuestas recientes muestran que aproximadamente la mitad de los conductores ni se plantean compartir el coche con otra persona. Para ellos, el coche es un templo donde solo entran los elegidos. Si amplías la lista de personas que pueden entrar en tu vehículo, podrás mejorar tu vida social, ayudar a los demás, reducir la contaminación y puede que ahorrar algún dinero.

Un chivo expiatorio
A juzgar por los comentarios que se leen y oyen, la mayoría de los propietarios de coche piensan que son una especie de vaca lechera que todo el mundo fríe a impuestos, tasas, multas y pagos diversos. No es así. De hecho, el coche no paga ni la mitad del coste ambiental que produce, en términos de contaminación por ejemplo. Conduce con tiento y evita multas y exacciones.

Una fortaleza
Algunos piensan que comprando coches grandes y pesados estarán a salvo de accidentes y problemas. Ojalá, pero no es el caso. A más 100 km/h, el coche más robusto es tan frágil como una cáscara de huevo. Un buen coche razonablemente seguro no tiene que ser tan caro ni pesado.

Una implicación sentimental
Está bien cuidar de tu coche, tenerlo con la puesta a punto en regla y razonablemente limpio. Pero puede ser peligroso iniciar una relación sentimental con un automóvil. Terminarás gastando tiempo y dinero a espuertas en tenerlo como un San Luis, en el mejor aparcamiento, con los mejores lubricantes y gasolinas, acicalado en los mejores lavacoches de la ciudad, etc. Recuerda que solo es una máquina.

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