Con negritas

SOS: un grupo en plena descomposición

El negocio arrocero de SOS, que representa el 12,7% del mercado español en volumen y el 17,2% en valor, se ha convertido de repente en un irresistible objeto de deseo. Antes incluso de que sus propietarios decidan ponerlo en almoneda, han surgido los primeros interesados en una operación cuyo precio podría rondar los 170 millones de euros. ANTONIO HERNÁNDEZ CALLEJA, presidente de Ebro Puleva, ha llegado a decir en público que, si fuera el comprador, no debería de tener problemas con las autoridades nacionales de la competencia. Este grupo es líder del sector a través de Arrocería Herba, propietaria de marcas tan populares como Brillante, La Cigala, Nomen y La Fallera.

La venta de la actividad que le da nombre es una de las bazas de que tiene SOS para tapar el agujero que JAIME y JESÚS SALAZAR dejaron en sus cuentas. Los hermanos se autoconcedieron el año pasado un crédito de 214 millones de euros con el pretexto de adquirir acciones de SOS para colocárselas a un tercero. El supuesto inversor, al parecer de origen libio, finalmente desapareció, igual que el dinero, que nunca volvió a la caja de la que había salido. Cuando el pastel se descubrió en los primeros meses de 2009, los Salazar fueron puestos de patitas en la calle, aun siendo como eran los socios mayoritarios; pero el mal ya estaba hecho.

Ebro no es el único candidato para el negocio arrocero de SOS. Algunos miembros de la familia que creó la marca han empezado también a echar sus números, aunque encontrar financiación para una operación de semejante calibre no resulta fácil en los tiempos que corren. VICENTE SOS CASTELLS y su sobrino EDUARDO SOS AHUIR conservan una pequeña participación en la empresa, de la que Jaime y Jesús Salazar tomaron el control en 1992. Otros descendientes del fundador, JOSÉ BORRÁS SOS, ocupan puestos directivos en la división arrocera, que entre enero y junio de este ejercicio ha obtenido unas ventas de 154 millones de euros, con un ebitda ligeramente superior a los seis millones.

La carga de la deuda

El quebranto que le causaron los Salazar con sus manejos es uno de los problemas de SOS. Sobre el grupo pesa también como una losa el crédito que pidieron en julio de 2008 para comprar la italiana Bertolli, primera productora mundial de aceite. La deuda total de SOS, que en España distribuye Carbonell y Koipe, asciende a 1.100 millones de euros y los intereses derivados de ella probablemente se coman este ejercicio más de la mitad de su resultado de explotación.

Ampliación y venta de activos
Para hacer frente a la situación, se aprobó una ampliación de capital de 200 millones, que los principales socios se comprometieron a suscribir. También va a continuar el proceso de enajenación de activos que empezó con Cuétara. SOS está controlada por Caja Madrid desde la salida de los Salazar, pese a que su presencia en el capital data sólo de principios de año. El presidente del grupo es ahora MARIANO PÉREZ CLAVER, hombre de confianza de MIGUEL BLESA.

Cierre de fábricas
Al lastre financiero se suma en el caso de SOS un importante retroceso de las ventas derivado de la pérdida del poder de compra de los españoles –inducida por el crecimiento del paro– y del auge paralelo de las marcas blancas. Como consecuencia de todo ello, la dirección del grupo acaba de plantear un expediente de regulación temporal de empleo para el conjunto la plantilla (más de 3.000 trabajadores), que le permitiría cerrar sus fábricas hasta seis meses.

Más Noticias