Tierra de nadie

Camps no violó al Bigotes

En el PP se han dado cuenta que el código ético que rige sus usos y costumbres después de Gürtel estaba incompleto, y ha tenido que ser María Dolores de Cospedal, siempre en guardia, la que redactara in voce la adenda correspondiente. Ocurre eso mucho con los manuales, que te explican a actualizar el software del ordenador pero no te dicen cómo se enciende. El código ponía en guardia a los incautos dirigentes populares contra esos pervertidos capaces de pagarte al descuido la boda de la niña, pero no precisaba qué debía hacer Rajoy si un juez entrometido creía que aquello era un soborno e imputaba a la pobre víctima, privada injustamente de abonar a la feliz pareja la factura del salón de bodas.

Cospedal ha precisado que los imputados sí pueden ser candidatos, salvo que lo sean por violación y los indicios parezcan ser ciertos. Esta última matización tiene su importancia, porque en el PP siempre se ha defendido la presunción de inocencia y no se la ha dado con queso ni el Tribunal Supremo. Permite explicar además por qué el acosador de Nevenka Fernández, el ex alcalde de Ponferrada Ismael Álvarez, no dimitió hasta que fue condenado, y ni aún así le parecieron a Ana Botella que los indicios contra el acosador tuvieran fundamento.

Sirve además para justificar que el entonces presidente de la Xunta Manuel Fraga saliera en tromba en defensa del ex alcalde de Toques, Jesús Ares, condenado por abusar sexualmente de una joven de 16 años. Decía Fraga que aquello eran menudencias y que quienes pedían su cabeza mientras defendían el amor libre, el aborto o las parejas de hecho no pasaban de ser unos hipócritas. Como se ve, la secretaria general del PP no ha hecho sino sumarse a esa venerable tradición de su partido, según la cual en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, sino que depende del cristal con que se mira. Y lo cristales del PP están ahumados, por eso de la intimidad.

Camps puede estar tranquilo. Contra el valenciano no existen indicios sino pruebas apabullantes de que convirtió la administración autonómica en un patio de monipodio, donde la corrupción campaba a sus anchas de consejería en consejería y tiro porque me toca. Ahora bien, ¿es o no cierto que el molt honorable no violó al Bigotes aprovechando que era su "amiguito del alma"? Pues eso.

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