Los señoritos de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) me vienen ahora con que lo mejor para el sistema económico sería retrasar la jubilación a los 70 años. Será para el económico, porque mi sistema nervioso se ha puesto a cien nada más oírles.

Porque al final, todo esto de vivir no es otra cosa que una preparación para la jubilación, que es el morir, como diría el poeta. Hay quien se pasó toda una vida ahorrando en planes de pensiones y bienes inmuebles para asegurarse una jubilación segura. Y hay otros, como yo, que invirtieron su vida ahorrando en salud y buenos hábitos, para que ahora nos vengan con que es un desperdicio el hecho de que no trabajemos cinco años más. Así es de perverso el sistema capitalista, no soporta vernos como una rosa y que dediquemos nuestro tiempo a la buena vida, y no al sistema productivo.

Los que ahorraron en planes de pensiones y pisos, la crisis devaluó su patrimonio. O se cruzó en su camino un desalmado como Madoff, que dios le conceda una larga vida, de unos 150 años más, por ejemplo, para que los cumpla en la cárcel.

Y a los que llegamos con salud, nos penalizan por estar tan sanos, por haber vigilado nuestro colesterol, por habernos machacado en el gimnasio, por haber dejado de fumar. Lo más gracioso de todo esto es que la recomendación de que continúe trabajando hasta los 70 años proviene de los banqueros reunidos de las Cajas de Ahorros, precisamente las empresas que encabezan el ranking de jubilaciones anticipadas de toda España.

Teniendo en cuenta que la banca debe de tener en su haber más prejubilados que empleados en activo, ¿por qué no predica con el ejemplo, en lugar de amargarme los días que me quedan? Hace poco les pedí un crédito y me lo negaron cortésmente. ¿Para qué coño quieren que siga trabajando si ya no les debo nada?

Meditación para hoy:

No me puedo resistir, es como si me pusiesen un cohete en el culo. Leo que la Policía italiana tuvo que retirarle el permiso de conducir a un sacerdote que dio positivo en el test de alcoholemia: 0,8, cuando el máximo permitido por la ley italiana es 0,5. El curita se disculpa con que está pluriempleado en varias parroquias, y que había cantado (y bebido) cuatro misas.

Los policías le han detenido por pasarse con la bebida (él la llama sangre de Cristo) y no por todas las insensateces que el clérigo había predicado en las cuatro misas, medio borracho, asustando y torturando psicológicamente a niños y ancianitos con la descripción de las ánimas del purgatorio ardiendo en el fuego purificador, y la visión de los infiernos y su eterna tortura de la que jamás se podrá volver.

Y los policías deteniéndole por un delito insignificante al que ni Aznar, nuestra mente más privilegiada, le concede la menor importancia. Lo que es la humana humanidad y sus paradojas.