Fuego amigo

Hay que predicar con el ejemplo

Estaba esperando este día como agua de mayo. Desde que trincaron a Antonio Barrientos, el alcalde socialista de Estepona, los alcaldes del PSOE imputados posteriormente por meter mano en la caja de todos eran apenas unos mataos, regidores de unos pueblos perdidos en el mapa, de esos que hay que buscar con el GPS: el de un pueblo de Alicante llamado Bigastro, el de Alacucín, en Málaga, y el de Castro de Rei, en Lugo.

Ahora la cosa se ha puesto más seria. Por fin han trincado a un alcalde socialista de una ciudad grande como presunto chorizo. Bartomeu Muñoz, alcalde de Santa Coloma de Gramanet (120.000 habitantes) ha sido detenido, junto con dos ex altos cargos de aquella Generalitat de Jordi Pujol, acusado de los delitos de tráfico de influencias, blanqueo de capitales y cohecho.

Pensaréis que me he pasado al enemigo, pero intentaré explicarme.

Como ya os confesé un día, los que vivimos con la mujer perfecta sabemos lo difícil que resulta la convivencia diaria con alguien que todo lo hace bien, más limpia, lista, simpática y trabajadora que nadie en la comunidad de vecinos y alrededores. El día que rompe un plato se me pone una cara de coña que me dura hasta la noche. Pues esa sensación tenía yo con el PSOE, cuyos trapos sucios apenas daban últimamente para rellenar el tendal, ocupadas todas las cuerdas, abusivamente, por los chorizos del Partido Popular.

Mi alegría es doble, porque casos así hacen a los partidos de la izquierda más humanos ("recuerda que eres mortal", memento mori, le susurraba el siervo al general victorioso en la antigua Roma) y, sobre todo, porque ofrecen la oportunidad de dar ejemplo a los demás partidos de cómo se debe actuar cuando se descubre a los chorizos en las propias filas. Echándolos a la puta calle.

Es un axioma aceptado que todos cometemos errores. Pero no puede ser que un ministro del PSOE tenga que dimitir porque cazó sin licencia, y en cambio un juez amigo del alma del PP pueda sobreseer una causa contra Camps sin que sus compañeros de judicatura lo investiguen por presunto prevaricador. Alguien tiene que dar ejemplo, y parece que siempre le toca a la izquierda.

No sé cuánto de izquierda es el alcalde de Santa Coloma, o si es un ejemplo de chorizo (por ahora presunto, que en portugués significa jamón, que es más noble), o si se ha inmolado por la causa, como Judas. Pero sí creo que su ejemplo debería servir para que Rajoy recordase que tiene un trabajo pendiente en Valencia, en Castellón, en Madrid, en Castilla y León...

Actuar con reflejos rápidos legitimaría al PSOE para seguir denunciando la doble moral del Partido Popular. Y para dar un respiro a nuestra baja autoestima política, para demostrar que no todos los partidos son iguales, al menos en la represión y castigo de los delitos de los propios militantes.

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