Otras miradas

¡Levantar Madrid!

Piedad Sánchez

Activista por la educación pública y militante de Podemos

Víctor Valdés Camacho

Activista social y militante de Podemos

Paloma García Villa

Diputada de Unidas Podemos Comunidad de Madrid

Dos niños juegan en la madrileña Puerta del Sol, frente al edificio de la Presidencia del gobierno autonómico. REUTERS/Sergio Perez
Dos niños juegan en la madrileña Puerta del Sol, frente al edificio de la Presidencia del gobierno autonómico. REUTERS/Sergio Perez

Contexto ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Desde el inicio de la crisis derivada de la pandemia COVID19, la gestión del gobierno Ayuso-Aguado ha sido responsable de errores de gestión política de gran calado, percibidos incluso por su propio electorado. De adalid de la nueva derecha ultra a gestora in extremis de una desescalada usada como producto de agitación política e ideológica contra el gobierno, Díaz Ayuso se ha construido, de la mano de Miguel Ángel Rodríguez, viejo conocido de Aznar, un perfil de oposición ideológica frente a nuestro gobierno de coalición progresista de Unidas Podemos y PSOE.

La cadencia de la escenografía tiene tres actos y una mala intérprete: el reparto de menús elaborados por Telepizza y Rodilla para familias en riesgo de exclusión, el acto electoral en el cierre del hospital temporal de IFEMA y, por último, pero no menos importante, la dimisión de Yolanda Fuentes (ex directora de Salud Pública de Madrid) ante la negativa a firmar el informe que supuestamente acreditaba a la Comunidad de Madrid a entrar en Fase 1 de la denominada "desescalada". No es casual que estos tres actos sean aquellos que más factura le hayan pasado a Díaz Ayuso por su gestión: la desigualdad de dietas para los que menos, el markenting político (del que se tuvo que disculpar) cuando las mayorías sufren colectivamente las restricciones propias de una pandemia y la gestión irresponsable de un gobierno bicéfalo, que, en momentos de tensión, encuentra culpables en sus márgenes: Pablo Iglesias o Podemos.

Pero el «Estado de las cosas» en la Comunidad de Madrid es bien distinto a nuestro deseo: Madrid es la región más desigual de Europa según Cáritas, la gestión del COVID19 ha dejado en las residencias la terrible cifra de 5886 personas mayores fallecidas y por si fuera poco, la solución a los problemas de la crisis económica derivadas de la pandemia será ceder más y más suelo a través de mecanismos simples para constructores, inmobiliarias y especuladores tal como reconocen David Pérez y la propia Ayuso. La escenografía de la obra es importante: está toda en tonos gris hormigón.

Con un Gabilondo inactivo y sin iniciativa política más allá de reproducir a escala madrileña la praxis del gobierno sin grandes alardes, cabe preguntarse ¿Cómo comenzar a impugnar el modelo de gestión sanitaria, económica y técnica de Díaz Ayuso?

¿Qué hacer? Por un plan de rescate social para levantar Madrid

Las firmantes de este artículo sabemos que la posición de una parte en una institución es siempre la expresión de una determinada correlación de fuerzas. Igual que las élites y su brazo mediático atacan sin ambages a Podemos por lo que somos con la excusa de lo que proponemos, consideramos que un grupo parlamentario como es el de Unidas Podemos – Izquierda Unidad en la Asamblea de Madrid es más necesario que nunca para combatir el guion premeditado de oposición al gobierno de la gris y decadente Díaz Ayuso.

No se trata de inventar la pólvora, sino de aplicar medidas concretas que el conjunto de la sociedad civil y el movimiento popular ya nos indica en estos tiempos, y que son fruto del consenso en tres ámbitos: social, feminista e institucional. Esta coyuntura está marcada por las fake news de la extrema derecha con el objetivo de generar desinformación y debilitar la democracia, pero desde Podemos tenemos la obligación de ser claros en nuestra acción y planteamientos: para nosotras «Levantar Madrid» implica mirar a la cara a los buitres financieros y fondos de inversión que controlan decenas de residencias de la Comunidad de Madrid, en connivencia con los gobiernos del PP de los últimos 25 años, han mercadeado con los cuidados de las personas mayores ofreciéndoles abandono y maltrato por parte de las instituciones. Tenemos que revertir su gestión y ponerla en manos de lo común para que ni usuarias, ni trabajadoras, sufran más precariedad asistencial; «Levantar Madrid» es poner freno a Blackstone coordinando nuestro poder municipal para que las afectadas por la especulación inmobiliaria puedan hacer ley lo que ahora mismo es la selva; «Levantar Madrid» es revertir en cuanto sea posible el modelo de supuesta colaboración público-privada neoliberal que hace que la gestión de los hospitales de Valdemoro, Torrejón o Móstoles tengan sobrecostes para la ciudadanía y enormes beneficios para Villar Mir; «Levantar Madrid» es blindar el derecho a estudiar en la universidad pública bajando tasas al máximo para garantizar que las familias trabajadoras de Leganés tengan exactamente el mismo derecho a formarse que las de Núñez de Balboa, y que el Banco Santander no se lucra con las becas-préstamo.

Lo decimos claramente: nuestro plan es hacer fracasar el plan de los buitres financieros del IBEX 35 que sobrevuelan Madrid esperando a que sus apéndices políticos como Díaz Ayuso y Aguado dejen la región al borde del colapso. Y en ese reto, que es de vital importancia, no sobra nadie: desde Podemos en la Comunidad de Madrid hay que impulsar una política simétrica y amplia de pactos transversales en la sociedad basados en la movilización y en la imaginación de otra región posible.

Apuntamos en este sentido dos ideas: «Levantar Madrid» es ampliar los derechos sociales que son competencia autonómica, por ejemplo, en la ampliación de renta mínima vital para no dejar a nadie atrás y vetar a los empresarios que aprovechan el contexto de crisis para la explotación hasta niveles infrahumanos. También, «Levantar Madrid» es consolidar políticas feministas para que, en el marco de la crisis sanitaria y económica que ya está aquí, se pongan la vida y los cuidados en el centro. Las trabajadoras de sanidad, escuelas infantiles, del hogar, estudiantes y precarias de todo tipo no deben cargar, como en 2008, con la crisis a sus espaldas. Madrid no puede ser una excepción.

Este plan de rescate social para «Levantar Madrid» sólo es posible si construimos una auténtica moción social a Ayuso con los movimientos sociales, de la mano de las luchas sociales y sindicales, con el feminismo que realiza una impugnación total de la estructura en la que se asienta la sociedad patriarcal y que es violenta y asesina a las mujeres, quienes nos encargamos de los cuidados de manera gratuita e invisible y sostenemos la vida;  desde el compromiso con el ecologista y la justicia climática que nos permita abrir alternativas al vehículo privado. "Solo" y solo no es una excusa: el movimiento popular es causa primera de la existencia de Podemos. Así que solo lo haremos desde el compromiso con el Madrid movilizado.

No hemos llegado hasta aquí para renunciar. Hemos gobernado en 2015 la ciudad de Madrid como parte de Ahora Madrid, hemos sido la oposición a Cifuentes hasta tumbarla en la pasada legislatura y sabemos cuál es el camino de vuelta: la tarea es grande, pero tenemos que ser capaces de articular una posición contrahegemónica a Díaz Ayuso, tensionando a Ciudadanos y dividiendo a las derechas reaccionarias. Son un bloque heterogéneo, con una determinada composición social, con medios que enfangan el clima político y un vasto poder económico, pero no cuentan con algo: nosotras tenemos la fuerza de la gente, de las que hacemos Madrid. Por ello, hay que avanzar hacia la impugnación de su modelo, porque no admite medias tintas. En una frase: hacer una oposición más dura en lo táctico para confrontar y constructiva en lo estratégico para ganar.

¿Qué Podemos para qué cambio en la Comunidad de Madrid?

Son más de 6 años desde que construimos este instrumento para la democracia y la soberanía popular que es Podemos. Después de un tiempo convulso, donde antiguos compañeros de viaje se lanzaron en pleno viaje, consideramos que es necesario recomponer el proyecto con bases más sólidas. Nos lo debemos y se lo debemos a miles de madrileñas que, en distintas convocatorias electorales, dan su apoyo a las candidaturas en las que participa Podemos en la Comunidad de Madrid, desde el Corredor del Henares hasta la Sierra Norte pasando por la Asamblea de Madrid.

Las que aquí escribimos sabemos que las condiciones de este proceso autonómico de elección de los documentos político, organizativo y de feminismos de Podemos Comunidad de Madrid no son las mejores. Las pandemias no respetan los ciclos y los tiempos políticos. Nos hubiera gustado construirlo con otros mimbres, más participativos, pero también consideramos que no es posible estirar más el proceso tras meses con el partido sin dirección política electa.

Nos preguntamos: ¿Qué Podemos para qué cambio? Por todo lo expresado con anterioridad, creemos que la fase de máquina de guerra electoral, tal como se ha mencionado en los entornos del partido, ahora que estamos cogobernando, debe transformarse en un sujeto político que ponga el acento en los contrapoderes sociales. Hay que hacer hincapié en corregir, con determinación, un fallo histórico de las fuerzas transformadoras en España: moldear la organización para insertarse mejor en la sociedad en sí, no sólo en las movilizaciones de la sociedad civil. Para esto, es urgente sentar las bases materiales: hacer de los círculos instrumentos de empoderamiento popular con voz, voto y capacidad de articular campañas en los territorios, formando una extensa red de círculos coordinada comarcalmente en la Comunidad de Madrid y en comunicación constante con el Consejo Ciudadano Autonómico.

Solo la vertebración municipal de Podemos puede garantizar una organización sociopolítica fuerte, con una base social extensa – desde el club deportivo hasta la Asociación Vecinal, desde las fiestas del barrio hasta la asamblea feminista de la localidad- y dinámica, ensanchando el poder de nuestra militancia y excediendo los marcos clásicos de acción colectiva.

Sin embargo, decimos claramente, ni un ápice de esta propuesta organizativa tiene sentido sin la implantación, creación e implementación de políticas sectoriales de Podemos en estricta relación con los movimientos sociales y de base. Es fundamental que en el nuevo Consejo Ciudadano Autonómico las Áreas temáticas del partido tengan una correlación directa con la coordinación territorial de los círculos. No solo para retroalimentar de propuestas y reivindicación al Grupo Parlamentario, sino para desplegar una batería de medidas progresistas, procomún, verdes y feministas en los municipios. No serviría de nada imaginar una red de círculos territoriales por comarcas si estas no abordan reivindicaciones políticas en materia de vivienda (con la venta de bloques a fondos buitre) o educación (con la defensa de la educación pública en cada municipio en distintos niveles).

Como venimos haciendo en muchos municipios y en la Asamblea de Madrid, la cooperación entre fuerzas con un proyecto alternativo al del neoliberalismo autoritario y al del PSOE es condición fundamental para trazar los contornos y definir las líneas maestras del cambio político: nos referimos a la marca Unidas Podemos junto con Izquierda Unida. Creemos que es clave, como no puede ser de otra manera, que construyamos, desde la autonomía organizativa pero la estrecha unidad, Unidas Podemos en todas las escalas, desde los barrios a las ciudades, pasando por reforzar la capacidad de marcar la agenda de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid. Esto no es una opción como otra cualquiera. Entendemos que en España hay espacio para reconstruir un sujeto colectivo para la revuelta democrática y el feminismo como propuesta de sociedad alternativa a la de los partidos políticos imbricados y dependientes del poder financiero y de la ortodoxia neoliberal del BCE. Somos gobierno, pero no para subordinar nuestro plan al del PSOE, sino para transformar realidades; no para volver a 2008, sino para relanzar el espíritu constituyente de unas plazas en 2011 que nos emplazaron a intentarlo. Para eso, Unidas Podemos también es parte de la solución.

Quedan tres años para las próximas elecciones autonómicas y municipales en la Comunidad de Madrid. Recuperar la alcaldía y acabar definitivamente con la gris decadencia de Ayuso es un desafío que solo aceptamos quienes nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Adelante, que no hay nada escrito.

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