Otras miradas

Destruir

Pilar Perea

Concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (d) conversa con la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy (i) antes del comienzo de un pleno del Ayuntamiento de Madrid. E.P./Pool
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (d) conversa con la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy (i) antes del comienzo de un pleno del Ayuntamiento de Madrid. E.P./Pool

Sinónimos: deshacer, aniquilar, anular, destrozar
Antónimos: construir, fortalecer

Recuerdo cuando el Ayuntamiento dispuso que todas las direcciones de los centros del Área de Cultura se eligieran por concurso público, iniciando así un camino costoso, pero necesario, para asentar las buenas prácticas en la gestión cultural y alejar la intervención política de las programaciones culturales. Recuerdo cuando se trabajó casi un año escuchando al sector de la cultura para redactar un reglamento consensuado del Consejo de Cultura. Recuerdo los comienzos de la Radio M21 y del proyecto de radio-escuela. Recuerdo cuando MediaLab Prado fue haciéndose más y más relevante para las personas, más visible para el mundo. Recuerdo cuando el Centro de residencias artísticas arrancó en Matadero como espacio de producción y creación y cómo cada año se hacía más necesario. Recuerdo el esfuerzo del Ayuntamiento por incrementar recursos económicos a las ayudas al tejido creativo y cultural. Y el nacimiento del Centro de Artes Vivas para dar cabida a aquellos lenguajes y procesos que no responden a las lógicas económicas del mercado y que, por eso, han de ser atendidos desde lo público. O cuando la revista M21 era un magazine crítico, arriesgado, a veces oscuro. Cuando veíamos sobre el escenario propuestas creativas  incómodas; cuando la cultura surgía y se debatía también en espacios comunes, vecinales, en los distritos; cuando el lenguaje de la ciudad era cercano, cuando la diversidad se hizo sitio de manera incuestionable.

Todos estos proyectos y construcciones de lo común se fueron tejiendo a lo largo de años y de esfuerzo institucional y ciudadano. Construir es hermoso, pero también es largo, costoso y requiere un gran esfuerzo. En cambio, destruir es sencillo, inmediato, seco. Como ha sucedido con el mural de Ciudad Lineal. Meses para idearlo, semanas de encuentros vecinales, días para pintarlo de manera colectiva, litros de pintura, tiempo largo de pinceladas. Y unas horas para aniquilarlo.

Destruir es sencillo, inmediato, seco. Levy reducirá el proyecto MediaLab a un espacio dentro de Matadero (aún sin definir). Es la fórmula más zafia de hacer desaparecer algo: empezar por empequeñecerlo, arrebatándole su lugar de honor. El Centro de Residencias Artísticas de Matadero y sus funciones serán limitados a la mínima expresión para engordar un proyecto privado que arrasará con casi todo el espacio de la Nave, donde se aloja. La Radio M21 fue pulverizada sin piedad y la revista que aún colea, Eme21 Magazine (ojo al guiño con el nombre), ha cambiado el tono editorial para ser una ‘amable’ rotativa que acumula números en el suelo, justo donde ‘la otra’ revista se agotaba.

Destruir es sencillo, inmediato, seco. Levy hizo desaparecer el Centro de Artes Vivas, sin consulta pública y sin poner a disposición ningún espacio que sustituyera una labor imprescindible para dar voz y trabajo a las personas cuyos lenguajes creativos de vanguardia  van muchos años por delante de nosotros. Se cierran el Espacio Vecinal EVA, la Casa de la Cultura de Chamberí, el programa Miradores y Experimenta Madrid, entre otros, y aún estamos a la espera de que el Consejo de Cultura, con su reglamento vigente, sea convocado después de un año y medio largo. Nada. Apagón. Dedazos para los centros culturales de Conde Duque, Español y Fernán Gómez, adiós buenas prácticas. Y como colofón, este año vemos que el Área de Cultura reduce un 27% el  presupuesto para ayudas a los creadores y creadoras.

La demolición cultural en Madrid es innegable y fulminante, como la imagen de un gran edificio detonado con un par de explosivos: cae al suelo en cuestión de segundos. Así opera Andrea Levy, destruyendo el símbolo de la participación ciudadana y de paso, juega al Monopoly con los equipamientos culturales (públicos) de nuestra ciudad. Destruir es sencillo, inmediato, seco.

En 2020 la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales unidos (CGLU) publicó la Carta de Roma. Un marco para la política y la planificación culturales, una base para lograr que el artículo 27 de la Declaración de los Derechos Humanos sea una realidad: toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

Rescato de esa Carta la frase "la cultura es el taller creativo con el que los ciudadanos pueden imaginar respuestas a nuestros desafíos comunes". ¿Conocerá la señora Levy este texto? ¿Sabrá ni tan siquiera que los gobiernos locales se han reunido para trazar una hoja de ruta cultural común ante los desafíos del futuro?

El mayor taller creativo de nuestra ciudad, MediaLab Prado, es borrado del mapa y con ello el PP desprecia, sin ambages los valores que representa. Esto que está sucediendo debe hacernos pensar muy en serio que las políticas de demolición improvisada del Área de Cultura no sólo son la antesala de un pelotazo anunciado, es que están atentando contra los derechos culturales de la ciudadanía.

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