Palabra de artivista

Señoras que aplauden la cobertura del 25-A

brazil-1985

Anteayer denuncié enfurecido la creciente criminalización de los movimientos sociales en mi urgente, rabiosa y contrainformativa entrada Cobertura del 25-A, máster en criminalización. Estaba tó rebelao con los medios, con los "opinadores", con las cadenas supuestamente progresistas, con sus programas disfrazados de plurales, con los debates que siempre estigmatizan a los mismos y, en definitiva, con toda la estructura propagandística que repite mil mentiras para hacer aparecer como verdugos a las víctimas y como víctimas a los verdugos.

Todo eso fue hasta que recibí una llamada de mi amiga Covadonga Escrivá de Medinacelli (en la foto, con su cirujano personal minutos antes de ir a la partida de mahjong, juego al que se aficionó cuando vivia en Hong Kong, que todos los martes hacen en casa de su amiga Esther Koplowitz). Covadonga, Cova para las amigas, sacando un huequito de su apretada agenda ---me llamó desde su jet privado, camino a una merienda en la casa italiana de su amiga Tita Cervera en el lago Lugano, desde la que luego volarían juntas hasta Málaga para que Tita inaugure unos cuadros que le costaba un dineral tener en casa y gracias a una "generosa cesión temporal" ahora se lo paga el Ayuntamiento malacitano---, me hizo ver cuán equivocado estaba, descubriéndome el otro lado de esta historia: la cobertura está siendo impecable, rigurosa y esencial para el sector de la población más importante en la salida de la crisis, los ricos.

Cova es una señora que controla mucho esto de los medios, de hecho su marido es uno de los principales consejeros delegados de un grupo mediático potentísimo que me pide no revele (en realidad, su marido está en dos grupos aparentemente competidores, pero eso sí que no se puede saber). A "la de Medinacelli" (los amigos la llamamos así a veces) no le gusta meterse en política, eso es cosa de su marido, cosa de hombres, me contesta siempre. Pero de vez en cuando, casi sin darse cuenta, traiciona su juramento de sólo hablar "del tiempo, los hijos y la decoración, como manda la etiqueta y el buen gusto de una señora bien" y se le escapan opiniones políticas que, como ella suele decir, "le harían fruncir el ceño al Niño Jesús de Praga hasta que le saliesen arrugas".

Pero su amistad con Rosalía Mera, la famosa co-fundadora de Inditex (Zara) y, por lo tanto la mujer más rica de España, le ha cambiado mucho. "Rosalía es muy osada, quizás sea porque ella no es de cuna y eso se nota", me confiesa entre risitas. "¡Fíjate que ha reinventado las obras benéficas con el dinero de lo de Zara!", sentencia admirativa "La de Medinacelli", aunque con un leve deje de envidia. "Ella me animó a soltar alguna opinión de política, progresista que queda mejor, pero sin perder los papeles y convertirse en un extremista comunista", murmura con precaución. "¡Fijate la popularidad que le dio a ella aquello de apoyar el 15-M!, como que la rejuveneció, y era la admiración de todas las soirées", concluye en su justificación de esta nueva faceta politizada que le sigue siendo extraña. Acto seguido, superando sus instintos más primarios, se lanza a pontificar sobre la situación política actual mientras al fondo se oye  el sonoro descorche de una botella de champán y a una solícita azafata que le ofrece distintos tipos de caviar iraní. "Es el favorito de Ahmadineyad", escucho decir a la solícita voz.

Cova hasta ahora había estado muy preocupada por "los rumanos que asaltan chalés de lujo o pisos de más de 500 metros cuadrados" como el suyo, "parece que a los políticos esa tragedia, un verdadero genocidio de los millonarios, no les preocupa",  intercala furibunda en su soliloquio, pero de un tiempo a esta parte me confiesa que lo que realmente le preocupa son los radicales antisistema esos que la tele y "los nuestros" ---Cova llama a los del PP "los nuestros"--- tanto denuncian. Fue por el miedo a lo terrible que parecían estar haciendo a "la nación" ---Cova sigue llamando "la nación" a "esta gran España que construyó el Caudillo"--- por lo que "la de Medinacelli" se plantó un día las martas cibelinas y "el Cartier, que impone mucho" y le exigió a su marido que le concertase algunas reuniones con "los nuestros".

A Cova le impresionó mucho "la chica esa tan mona de Gobernación", se refiere a la Delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes, a la que conoció cuando la recibió inmediatamente para discutir una idea de Cova de implantar un chip, "como esos chips humanos que tanto éxito están teniendo en las empresas modernas", a los negros, gitanos, sudamericanos y rumanos, para tenerlos localizados. Según me contó Cova, "la chica esa tan mona de gobernación me confesó que de ser por ella los impondría inmediatamente, pero que ahora las cosas había que hacerlas con más disimulo; pero que no me preocupase, que esa era una de las medidas que ella acabaría imponiendo para proteger 'a los nuestros', pero con disimulo".

También le gustó mucho "Esperancita Fuencisla", como llama ella cariñosamente a Esperanza Aguirre. ¡Resulta que su marido, el actual conde de Murillo, es primo mío y también es Grande de España como yo!, me revela excitada. Esperancita Fuencisla (su nombre de bautismo, me aclara) es una chica algo atolondrada y con un gusto exagerado por epatar, pero cuando llega la hora de la verdad es "de los nuestros" ---en este caso se refiere a los franquistas---, con mano dura y sabiendo quiénes somos los suyos, se intenta convencer a si misma entre cucharaditas de beluga.

Compárala con Chantal Mosbah, ¡la Asensio!, exclama malhumorada Cova, acordándose de una faena que su eterna rival (esposa de magnate mediático como ella) le hizo. Un cumpleaños de su hijo Antony se permitió "olvidarse" de invitar a mi hijo Borja porque decía que hablaba de cosas sucias con su hijo. ¡Fijate!, ¡una señora que ha hecho su dinero publicando revistas guarras como esa Interviú! ¡Pero si su marido, que en paz descanse, prácticamente era un proxeneta!  Ella iba de progre, pero luego era una pacata. Recuerdo que contaba con orgullo que había obligado a su marido a cancelar un programa de esa cadena que se compraron, Antena 3 creo que se llama, ¡qué horror de nombre!, ¡parece una cadena de tiendas de electricidad de barrio!, pues ella se empeñó en que cancelase un programa que se llamaba La noche prohibida, creo, porque le parecía demasiado vulgar (intento recordarle que yo tuve mi primera sección en ese programa, pero no me deja). ¡Cuándo su marido se forró a base de explotar a mujeres en pelotas, como a la pobre Marisol! ¡Entonces no le parecía nada vulgar! Pero desde que se fueron a vivir a Doctor Fleming, eso que llamaban "la escalera de los ricos", porque en el primer piso vivía el editor Lara, en el ático, Javier de la Rosa, y en el tercero, Bernat, el dueño de Chupa Chups, se creyeron que ellos ya eran la bicoca. Menuda nouveau riche es la Chantel, mira que le gusta un dorado a ce pauvre asilé syrien, pronuncia en un impecable francés de liceo.

Suelta un largo suspiro y, tras una pausa en la que la supongo sorbiendo distraídamente el Taittinger Comtes 1979 que la azafata le ha presentado, se acuerda de su otra gran rival: Paloma O'Shea. La esposa de Botín es un poco cursi para su gusto, sigue siendo una señorita de provincias, me apunta con cierto desprecio. ¡Qué lata de mujer!, amplia entrando en la causa de su desprecio: se empeña en hablarme de su hermana Covadonga cada vez que me ve, y de cómo fundó la revista Telva, que es un espantajo de hoja parroquial del Opus Dei intercalada con patrones de crochet y ganchillo como de la posguerra, "de la nada" (pobre, sólo tuvo a todo el Opus detrás), como echándome en cara que yo no he hecho nada con las influencias de mi marido,  qu'est-ce vulgaire!

Todo lo contrario que Carmencita Franco, que es la discreción hecha persona, declara desafiante. Nadie organiza las beneficencias como ella. Ha convertido en un arte devolverle la ilusión y el glamour a los pobres que esta democracia ha traído, ¡por algo es Dama de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y Dama Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia!, sentencia.

¡Qué lejos de esa exquisita compasión está la Gamazo!, brama nuevamente enfurecida. "La Gamazo" es Ana Isabel Gamazo y Hohenlohe-Langenburg, esposa de Juan Abelló y una de las mujeres más ricas de España por más que se empeñe en ocultarlo, como demuestra un especial paraísos fiscales de El Confidencial que la corona como la auténtica Reina de los Paraísos Fiscales. A Cova "la Gamazo" le parece una estúpida. Se ha creído que las demás nos chupamos el dedo y no sabemos lo que es la beneficencia publicitaria, suelta con maldad. Todo el día hablando de sus viajes a Samoa, a Singapur y a las Islas Vírgenes y resulta que a lo que va allí es a evadir impuestos. Pero, claro, eso los programas de televisión no se atreven a decirlo, ¡como su marido es dueño de La Sexta!, exclama indignada. ¡Nunca le perdonaré cuando en aquél showroom que organizó "la Martinez-Bordiú" se atrevió a acusar a mi marido de blanqueo de dinero! ¡Qué se miren ellos que como les investiguen esas fundaciones benéficas se van a enterar de lo que quiere decir "tapadera"!, casi grita en un tomo amenazante.

Cuando se ha cansado de pasar lista ---o la azafata le recuerda que están a punto de iniciar el descenso---, Cova me da una serie de ideas para los programas de televisión que también piensa comentarle a su marido y que yo corro a apuntar:

-En esos nuevos programas juveniles y rojillos que dan en Cuatro y La Sexta, se refiere a Te va a enterar y Más vale tarde, deberían acabar las crónicas de las "revueltas antisistema" ---ella las llama así porque le recuerdan a "lo que contaba mamá de cuando vivíamos en Sidi Ifni, cuando era colonia española"--- advirtiendo a las señoras de cuando no llevar abrigos de visón o joyas a esos eventos. "Incluso avisar de cuando es conveniente volver el anillo hacia dentro", añade concienciada. Porque veo que lo hacen muy bien y lo explican para personas decentes pero democráticas como yo, me confirma.

-Está muy bien que Marhuenda y Alfonso Rojo estén continuamente en todos los programas, subraya aclarándose la garganta. Me gusta que el mensaje de "los nuestros" se filtre entre los otros contertulios de izquierdas que se creen que sus protestas las escucha alguien. Marhuenda y Beaumont saben bien como tratar a esos infelices de izquierdas que van de defensores de los terroristas, los anarquistas, los milicianos esos de los escraches y los de las "checas", concluye entre tintineos que supongo de sus pulseras de diamantes que siempre se quita en los vuelos y se vuelve a poner al aterrizar (una manía que se le pegó de la Condesa de Romanones, que temía que se las robase "el servicio aéreo" si se quedaba dormida, me contó una vez. También me contó que "la de Romanones" decía cosas como que lo que le gustaba de los negros era lo bien que adornaban el paisaje cuando aterrizabas, tan famélicos y tan quietecitos, la pobreza es muy evocadora desde un avión, decía).

-Esos animados y divertidos debates de Telecinco y La Sexta que ahora dan voz a tantos de los nuestros, de los de toda la vida (franquistas, quiere decir), se refiere al Gran Debate y La sexta Noche, deberían incluir mapas de zonas de riesgo por las "revueltas escrache esas", que a veces una sale con prisas con el chofer y pluf, se ve metida en una de esas revueltas antisitema sin escolta ni nada. Y aunque me parece muy bien que ya corten todas las calles para evitar que esos violentos campen a sus anchas, creo que los programas de televisión deberían empezara a exigir a ciertos barrios, los pobres, que se queden en sus casas. Así disminuiría el tráfico, la polución y nosotros podríamos llegar antes a los eventos... Aunque los pobres no tienen coches ni chofer, ¿no?, duda un momento.

-Me gustan mucho los programas monográficos que últimamente hace ese señor sin tupé, se refiere a Antonio García Ferreras en La Sexta Columna. Cada vez tiene a más testimonios de "los nuestros" y menos desvaríos de izquierdas. También he notado que en el otro que hace por la mañana, quiere decir Al rojo vivo, los que siempre están son Marhuenda, ese recadero de los nuestros con apellido francés, o sea: Antonio Martin Beaumont, y el chico de Pedro J. que a ratos parece rojillo pero que al final recobra el sentido común, se refiere a Eduardo Inda.

-Estuvo muy bien cómo cubrieron lo del 25-A porque aunque al final no apareció nadie, detuvieron a muchos pobres jóvenes y fue bastante entretenido lo que nos contaron esos especialistas militares de la guerra que están preparando en los barrios proletarios. Yo gracias a ellos ese día no fui al Ritz a merendar. Que fíjate qué papeleta encontrarte eso sin un Tejero que nos defienda.

-Es importante que hablen cada vez menos del feminismo ese horroroso que Zapatero puso tan de moda y del aborto y esas mujeres como hombrunas. Cada vez hablan más de mujeres con poder como nosotras, mujeres que saben dónde está su sitio y que no pretenden ser hombres. Mujeres femeninas y con clase. Nada de esas pobres sin cuna que se saltan todo el protocolo. Mujeres como esa chica tan mona, la de Aznar, aquella que dijo aquello tan gracioso de "las peras y las mazanas" para callar a los sodomitas que pretendían ser normales, habla de Ana Botella, claro.

Estaba apuntando este último dato cuando "la de Medinacelli" me colgó el teléfono tras un apresurado "¡Uy!, la maquilladora ha llegado, te dejo". Supongo que Tita Cervera tendrá mucho que contarle sobre guerrilla urbana y los antisitema. ¡Pero si eso es lo que yo hice cuando me encadené a los árboles del Paseo del Prado y les encantó!, le estará diciendo en este momento.

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