La trama mediática

Cuando fuimos convergentes

Hagan sitio en el carro de los ganadores, que los papeles del monte alto quieren compartir la gloria con el que, en una larga noche de tabaco, pactó el Estatut rompepatrias en Moncloa. Pelillos a la mar, El Mundo se jacta en primera: "El centro derecha arrasa". Con los dedos hechos huéspedes, el editorialista de Pedro Jota escribe: "Las urnas han producido un importante vuelco electoral en Cataluña que anticipa un cambio de ciclo basado en el regreso a las políticas liberales y centristas que ya sacaron a España de la anterior crisis económica". Se refiere a aquellos tiempos en que se coreaba lo de "Pujol, enano, aprende castellano".

La Razón no se acuerda de eso. "El cambio comienza en Cataluña", se alborozaba en su primera página, y remataba la idea editorialmente: "Cataluña ha apostado por el cambio, ha dado la espalda a la izquierda y abre el camino para el resto de España". A más a más, o quizá, a Mas a Mas, José Antonio Vera apuntaba: "Los ciudadanos han votado claramente centro-derecha, y lo normal sería que gobernara Mas apoyándose desde fuera en el PP, que ha sido el otro ganador de la jornada".

La Gaceta saca la senyera

Con idéntica mercancía venía ayer La Gaceta. "Triunfa Artur Mas, gana el PP", era el titular, tan de conveniencia como la bandera que festoneaba la otra proclama del día. "Hoy, Cataluña, capital de España", se enardecía el pasquín intereconómico sobre una senyera. Se desconoce si hubo lipotimias entre los lectores. Y en ABC, otra de lo mismo. "El triunfo de CiU -y del PP- certifica el proceso irreversible de cambio en España", decía el editorialista, mientras José María Carrascal voceaba las ventajas de ser catalán y español: "Los catalanes podrán gozar hoy del Barça-Madrid, algo que no tendrían de no formar parte de España".

Todo muy bonito. Pero llegó el tío Federico (Jiménez Losantos, naturalmente) con la rebaja y la calculadora en la mano en Libertad Digital. "De 135, los separatistas sacan casi cien. Aun si el PSC se hiciera todo español y Durán se separase de Lleida, los doblan. Con mucho menos apoyo en las urnas, Maciá y Companys proclamaron dos veces el Estat Catalá". Para terminar de pinchar el globo, José García Domínguez añadía: "Para supremo goce de la derecha tonta de la Villa y Corte, por primera vez desde que Lluís Companys proclamase el Estat català un independentista convicto y confeso ostentará la máxima representación del Estado en la plaza". Glups.

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